por que el exceso de acidez puede dañar al estomago gravemente si en su interior se encuentra acido clorhidrico eso permite que pueda soportar niveles de acidez alto
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El jugo gástrico contiene ácidos tan potentes que son capaces de perforar la madera y corroer el metal, y en tal cantidad que sería incompatible con la vida si no fuera por el grueso revestimiento que recubre las paredes del estómago, protegiéndolo de sus propios ácidos, e impidiendo que se perfore a sí mismo y salgan de la cavidad gástrica.
Cuando comemos, los alimentos no están en una forma que nos permita utilizarnos para nutrirnos y obtener energía. Primero, deben ser transformados en partículas mucho más pequeñas en el aparato digestivo. Así, cuando llegan al intestino, tras su recorrido desde la boca, pasando por el esófago, luego el estómago y después el duodeno, han sido descompuestos en pequeñas moléculas de nutrientes para que puedan ser absorbidas por la sangre y así ser transportadas a las células de todo el cuerpo.
En el estómago el bolo alimenticio, parcialmente digerido, se mezcla con el jugo gástrico y ,como si fuera una licuadora, lo transforma en una papilla llamada quimo. El estómago en realidad es una bolsa muscular que consta de varias capas: una externa que sería la cubierta de la bolsa, dos capas musculares que se contraen y así van propulsando el alimento y una recia capa interna de mucosa donde existen células que secretan los potentes y caústicos ácidos que desintegran el bolo alimenticio. Producimos una media de dos litros y medio de ácido diarios.
Aunque, es esa misma capa mucosa la que evita que el ácido disuelva la pared del estómago provocando que éste se autodigiera. Si no existiera esta lámina protectora el estómago estaría totalmente desprotegido, y sus propietarios también, ya que el ácido clorhídrico que se encuentra en el jugo gástrico inundaría la cavidad abdominal y destruirían las vísceras que alberga. Pero la mucosa secreta también bicarbonato, que neutraliza la acción del ácido, creando un microclima neutro que permite mantener la integridad de la mucosa. Además, las células, que la componen, son renovadas rápidamente, sustituyendo las células destruidas por células nuevas, de manera que este revestimiento estomacal se renueva entre cada tres a cinco días.
Las células secretoras de moco solo se localizan en el estómago y en la entrada del intestino, por eso en las ocasiones en las que algo del contenido estomacal es devuelto hacia arriba, hacia el esófago, se siente ardor y quemazón intensos en el pecho. Es lo que clínicamente se denomina “enfermedad por reflujo gastroesofágico”. Otra de las alteraciones, debidas a la acción del ácido clorhídrico ocurre cuando, por la razón que sea, se segrega a la cavidad estomacal una cantidad excesiva de ácido, de manera que las células no pueden producir la suficiente cantidad de moco. Se producen, entonces, heridas que pueden ser tan profundas como para atravesar coletamente completamente la pared gástrica. Estas heridas son las conocidas como úlceras pépticas, que pueden terminar siendo úlceras perforantes.
La distensión de las paredes, cuando entra comida en el estómago, provocan la producción del ácido. Aunque, antes de ingerir la comida, ya se está estimulando su secreción solamente con estímulos sensoriales como el olor, el tacto o el gusto. También hay factores desencadenantes cuyo consumo aumenta su producción: la cafeína, el tabaco, o el alcohol son algunos de ellos. Igualmente, algunos medicamentos como los antiinflamatorios del tipo no esteroideo (AINES). Por esta razón, muchas personas que están tomando ibuprofeno, salicilatos u otros AINES deben neutralizar ese efecto, adverso, con la toma simultánea de un medicamento que neutralice al ácido clorhídrico. Al mezclarse el fármaco antiácido con el ácido ambos reaccionan formándose como resultado sal y agua .
El ácido gástrico transforma el bolo alimenticio en una papilla líquida y muy ácida. La zona del estómago, que está en contacto directo con ella, es un revestimientp de moco que lo protege de las lesiones que, de otra manera, causaría ese contenido caústico. Cuando la envoltura protectora se perfora, si las lesiones solo afectan la propia mucosa se habla de “erosiones”. Pero si se extiende hacia las capas más profundas lo llamamos “úlcera”.
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