¿por que el ejercicio democratico es la mejor manera de erradicar el autoritarismo?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:La participación social, fundamental para erradicar el autoritarismo
El acceso a la información, la transparencia y la participación social son fundamentales para erradicar el autoritarismo y construir una cultura democrática, coincidieron especialistas durante los trabajos de la IX Semana Nacional de Transparencia, organizada por el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI).
Explicación:
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4. EL TOTALITARISMO COMO FORMA TÍPICA DEL AUTORITARISMO MODERNO
La idea de "secularización" nos permite distinguir entre el autoritarismo "tradicional" y el "moderno". Esta distinción es
relevante pues implica distintas formas de "soluciones" autoritarias frente a la crisis de la democracia. en las diferentes
áreas de actividad, o en los subsistemas en que predomina el tipo "precriptivo" de acción, el comportamiento seguirá
modelos internalizados para los cuales son "impensables" respuestas alternativas o diferentes. El autoritarismo, entonces,
está implícito en la cultura y no es mirado como tal por los sujetos, para quienes los modelos de comportamiento que
siguen en sus acciones queda más allá de cualquier duda o discusión posible. Para tomar un ejemplo extremo, el tabú del
incesto no es percibido como una imposición de una autoridad externa, sino como "instinto" o "ley de la naturaleza" u
otras actitudes semejantes. Este tipo de autoritarismo fundado en normas y valores socioculturales internalizados
"espontáneamente" dentro de un marco prescriptivo, es el que denominamos tradicional. Al contrario, donde la "acción
electiva" predomina, y el criterio de actuar según su propia determinación individual es válido (aunque persista el marco
normativo que proporciona los "criterios de elección"), cualquier cohersión que tienda a obstaculizar la voluntad
individual es vivida como una imposición de parte de una autoridad externa y se considerará como una expresión de
"autoritarismo". En la situación prescriptiva, el control social tiene lugar "naturalmente" por medio de modelos de
conducta internalizados principalmente a través de la socialización primaria (es decir, durante los primeros años de vida).
En este caso el autoritarismo se expresa mediante mecanismos psicológicos y sociales "espontáneos", aun cuando el
control social "externo" continúa siendo necesario para reprimir las posibles desviaciones. En la situación "electiva", tal
como fue definida, el control interno se limita a los "criterios" de opción, y no a las opciones mismas. Además, la
creciente especialización y la autonomía de las esferas institucionales o subsistemas, la legitimidad del cambio y el
carácter dinámico de la sociedad tecnológica interfieren a menudo dificultando la internalización de las normas y de los
valores centrales y haciéndolos problemáticos. los mismo procesos de socialización en las varias esferas se hacen menos
espontáneos y más deliberados (son ahora "elegidos"). Lo que antes ocurría "naturalmente" llega a ser tema para manuales
(los ejemplos más típicos son probablemente los manuales dedicados a las madres sobre la crianza de los niños) dejados
en el pasado a un saber tradicional no "científico". En esta situación se puede hablar de autoritarismo moderno, cuya
forma "pura" es el totalitarismo.
En los países con un amplio sector de la población en situación escasamente secularizada, la crisis de la democracia
(generalmente de participación limitada), toma a menudo forma de autoritarismo tradicional. De este tipo han sido la
mayoría de los regímenes militares o/y otras formas de despotismo casi monárquico y hereditario en América latina,
particularmente antes del estadio de "movilización masiva" cuyos indicios se pueden fijar grosso modo y con excepciones,
hacia los años treinta. se trata en general de regímenes desmovilizantes, cuyo fin es la neutralización de las masas o su
despolitización, con la exclusión efectiva de su participación en política y otras esferas consideradas peligrosas para la
estabilidad del orden social. Hay en América Latina otro tipo peculiar de autoritarismo tradicional que es el caudillismo,
cuando éste se funda sobre el apoyo de una considerable masa popular. Aquí se puede hablar de autoritarismo tradicional
también, pero de tipo populista, en tanto se funda sobre formas tradicionales de movilización (como he tratado de explicar
en otros escritos la movilización política "tradicional" es la forma que pueden asumir procesos que bajo otras condiciones
podrían originar movimientos milenaristas, o "bandidismo social" o revueltas campesinas desprovistas de ideologías y de