Religión, pregunta formulada por valex2704, hace 10 meses

¿por qué el conflicto en medio oriente es más político que religioso?​

Respuestas a la pregunta

Contestado por lachini40sy
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Respuesta:

Consideremos la lucha por la influencia regional entre Arabia Saudita e Irán. A pesar de que se consideró durante mucho tiempo que era el resultado de la división entre suníes y chiitas, la competencia, en verdad, es entre dos sistemas políticos opuestos: el régimen revolucionario de Irán, inclinado a cambiar el equilibrio de poder regional, versus la monarquía conservadora de Arabia Saudita, que busca sostener el viejo orden regional.

En este contexto, el respaldo de Irán a los levantamientos de la Primavera Árabe tiene sentido. En un Oriente Próximo dominado por los árabes, Irán, que no es árabe, es el enemigo natural. Pero en un Oriente Próximo musulmán, la República Islámica de Irán es un potencial poder hegemónico. De manera que Irán se apresuró a respaldar las elecciones libres, previendo que los votantes llevarían a los islamistas al poder.

Por el contrario, la ultraconservadora Casa de Saúd aborrece este tipo de alzamiento político y, naturalmente, considera que la democracia árabe es una amenaza fundamental. De manera que mientras mantenía su estrecha alianza con Estados Unidos, la potencia imperial occidental a la que más le teme Irán, Arabia Saudita se opuso a los levantamientos, más allá de si los protagonistas eran chiitas (como en Baréin) o suníes (como en Egipto). En este sentido, la Primavera Árabe fue una historia del crecimiento y la represión del islam político.

Es más, las alianzas ya no encajan dentro de las fronteras suníes-chiitas, enfatizando aún más la primacía de la política sobre la religión a la hora de alimentar los conflictos regionales. Por ejemplo, Hamás, el grupo fundamentalista suní que gobierna la Franja de Gaza, ha sobrevivido en gran medida como resultado del financiamiento de parte de Irán.

De la misma manera, Omán, dominado por ibadíes y suníes, tiene una relación más estrecha con Irán –con el que comparte el control de las rutas vitales de transporte de petróleo en el estrecho de Ormuz– que con Arabia Saudita. En efecto, Omán ahora está siendo acusado de ayudar a Irán a contrabandear armamentos a los rebeldes hutíes en Yemen, donde Irán y Arabia Saudita están librando una guerra subsidiaria.

Así mismo, Catar mantiene una relación tan estrecha con Irán, con el que comparte campos de gas colosales, que incomoda a Arabia Saudita. El año pasado, los saudíes lideraron una coalición de países árabes (entre ellos los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Baréin) que aisló a Catar diplomáticamente y le impusieron sanciones.

Y, sin embargo, Turquía, otra potencia suní, mantiene una base militar en Catar. Y esta no es la única causa de tensión entre Arabia Saudita y Turquía; también disienten sobre la Hermandad Musulmana. Mientras que los saudíes ven la Hermandad como una amenaza existencial, Turquía la considera un modelo de política islamista que vale la pena defender y un medio para expandir la influencia turca en el mundo árabe.

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