Salud, pregunta formulada por lozanoparodi183, hace 1 mes

¿Por qué el confinamiento por la pandemia agudiza la crisis de violencia intrafamiliar?

Respuestas a la pregunta

Contestado por el0pepe
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EL INCREMENTO DE LA VIOLENCIA FAMILIAR DURANTE LA ÉPOCA DE

CONFINAMIENTO

Antecedentes históricos y/o culturales que agravan la situación actual en nuestro

país

La violencia familiar es uno de los impactos indirectos causados por el confinamiento y la crisis

actual en el contexto del COVID-19. Como se mencionó anteriormente, existen diversos tipos de

violencia y con ello, diversos factores que condicionan e intensifican los patrones de incidentes

del comportamiento de los sujetos sociales dentro de un núcleo familiar.

Espinosa-Torres et al (2009) quien realizó un análisis sobre el estado de arte de la violencia

familiar en México en el año 2008, argumenta que los registros de indicadores cuantitativos y cualitativos para determinar la violencia familiar se han documentado desde el principio del siglo XXI

y tanto factores socioeconómicos y culturales son determinantes en el incremento de la violencia

doméstica. En este tenor, se observa que el 80 por ciento de las víctimas de violencia familiar son

mujeres y que durante la etapa gestacional, la violencia (física, psicológica o sexual) tiende a incrementarse. De este modo se reconoce que las causas de violencia se asocian a la desigualdad y a la

discriminación de género (ONU Mujeres México, 2020), así como a las normas sociales y a las masculinidades nocivas aún vigentes en nuestra sociedad y de la cual ahondaremos posteriormente.

Aunque la violencia familiar se presenta en todos los grupos etáreos, su prevalencia es mayor

entre las personas jóvenes y/o infantes, por ende, la edad de las víctimas es un factor a considerar

cuando hacemos referencia a nociones de violencia. UNICEF y el Instituto Nacional de Salud Pública (2015) señalan que más de seis de cada diez personas entre uno y catorce años de edad han

experimentado alguna medida de disciplina violenta en sus hogares. En esta sucesión de factores,

se observa que el antecedente de violencia en la infancia es un predictor para la vida adulta. Los

adultos que han experimentado abuso durante su infancia, tienen mayores probabilidades de formar familias violentas. Esto se conoce con el término de transmisión intergeneracional de violencia donde el abuso que se sufre en la infancia se observará con una futura violencia en la adultez.

La violencia familiar y las adicciones se observan como un patrón complejo de incidentes que

encuentra su origen en los sistemas sociales del mundo contemporáneo. De tal modo que el consumo de sustancias psicoactivas guarda una relación directa con la recurrencia de los abusos físicos, psicológicos, sexuales o financieros en el entorno. De acuerdo con Rivera-Rivera (2004), existe un mayor riesgo de violencia física hacia la mujer cuando su pareja consume alcohol o alguna

otra sustancia que altere el estado de conciencia.

Asimismo, Espinosa-Torres et. al., (Ibid) observa que el nivel socio-económico es un factor determinante para la existencia de violencia familiar, en tanto que es inversamente proporcional a

la violencia. Por su parte, Lustig et al (2020) observan que una gran proporción de la población

latinoamericana, denominada como “los pobres crónicos” enfrenta condiciones de pobreza monetaria, inseguridad alimentaria, vivienda en condiciones de hacinamiento, la carencia de algunos

servicios básicos tanto sanitarios como educativos, que se traducen en diversas formas de violencia y discriminación en dicho grupo poblacional. Sin embargo, en el contexto mexicano, esto solo

puede ser un sesgo de investigación ya que los grupos poblacionales con mayor nivel socio-económico, raramente son sujetos de investigaciones cualitativas y cuantitativas

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