Por Que El Autor Del Mismo(Salomón Kalmanovitz),Afirma Que El Modelo Político Colombiano Es Antiliberal
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Quiero discutir en este ensayo las condiciones políticas en las que opera la economía
colombiana y que cambios son deseables y posibles desde esta perspectiva. La discusión
del modelo económico puede terminar siendo estéril si no se consideran sus limitantes
institucionales y si se ignora que venimos de una organización corporativa y clientelista
de la economía y de la política. Todas las promesas liberales que se concretaron
ampliamente en los países avanzados, se incumplieron en el caso colombiano. Valdría la
pena preguntarse entonces cuales fueron los determinantes para que todavía estemos tan
lejos de la libertad, de la igualdad y del progreso económico.
La constitución de 1991 nos definió como un “estado social de derecho”. Este “busca
1) defender la autonomía del individuo frente a la arbitrariedad pública y privada; 2)
promover la participación real y efectiva de las personas en las decisiones políticas o
sociales que las afectan y, 3) procurar las condiciones materiales que permitan la
mínima igualdad necesaria para que las personas puedan, realmente, ser libres”2
. Este
estado parecería corresponder a un estadio avanzado de la civilización política donde se
surten los derechos de primera y segunda generación de toda la población: fuera de los
derechos básicos que definen la democracia liberal - la libertad de expresión y
conciencia, los de asociación y de contratación, a la seguridad y a la justicia - existen
derechos al trabajo, a la educación, a la salud, a la vivienda digna y a derechos
particularistas de género, etnia y raza. Esto sería equivalente a “una estructura densa de
derechos que requiere de una vasta expansión del poder del gobierno sobre las vidas de
las personas”. (Lal, 157) Se trata de una tendencia novedosa del derecho en Estados
Unidos y Alemania, poco aplicada en esos países, pero que fuera importada sin mayores
ajustes a nuestras condiciones de desigualdad, clientelismo y pobreza.
Según uno de los arquitectos de la Constitución colombiana:
Colombia, además de innovar, ha operado una síntesis entre el constitucionalismo europeo,
importado a través de España, el constitucionalismo estaudinense y diversas convenciones
latinoamericanas. En algunos aspectos el “Bill of Rights” colombiano llega más lejos (Duhamel,
Cepeda, 278).
De esta manera, los colombianos tenemos más derechos formales que los ciudadanos de
las sociedades democráticas y opulentas. Sin embargo, una mirada más realista soslaya
que estamos lejos de alcanzar los derechos más esenciales de la democracia
representativa para toda la población: no hay igualdad frente a la ley, no hay tratamiento
carcelario uniforme, no existen los derechos a la seguridad, no hay justicia contra los
crímenes más execrables, proliferan los agentes fiscales opuestos al gobierno, para no
hablar del resto de derechos económicos, que pueden estar sólo al alcance de una parte
de nuestra pequeña clase media, dada la restricción presupuestal. Las limitaciones
presupuestales se explican no sólo por la pobreza del país sino por el clientelismo como
sistema de gobierno que no goza de la legitimidad suficiente para que mucha gente y
1
Los puntos de vista aquí sostenidos no comprometen a la Junta Directiva del Banco de la República ni a
la propia institución. Escrito para el seminario de la Universidad de los Andes “Hacia la construcción del
modelo de desarrollo económico y social para Colombia”, 2 y 3 de mayo de 2000.
2
Mauricio García, Catalina Botero, Rodrigo Uprimny, “La paz es rentable”, Informe, Universidad de los
Andes, Cijus, Bogotá, 1997.
Explicación:
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