por que dice que el sudor es menor concentrado que la orina?
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El sudor se fabrica en las glándulas sudoríparas de la piel. Está constituido por un 98% de agua y el 2% restante está formado por diversas sustancias que provienen del metabolismo orgánico: cloruro sódico (la sal común) que confiere al sudor un ligero gusto salado, urea, ácido úrico, creatinina, ácidos grasos, ácido láctico (producto de la fatiga muscular), sulfatos…
El sudor actúa como un sistema de refrigeración ya que absorbe calor del organismo. Esto se debe al elevado calor de vaporización del agua. Por tanto, la sudoración ayuda a mantener constante la temperatura corporal. Además, el sudor elimina toxinas y desechos fuera del organismo.
La orina se elabora en las nefronas de los riñones a partir de la filtración del plasma sanguíneo. Cerca de la mitad de los sólidos que contiene son urea, el principal producto de degradación del metabolismo de las proteínas. El resto incluye sodio, cloro, amonio, creatinina, ácido úrico y bicarbonato. Un litro de orina contiene normalmente agua, 10 mg de cloruro de sodio y dos productos tóxicos: la urea (25 g) y el ácido úrico (0,5 g).
Mediante la orina se eliminan sustancias de desecho procedentes del catabolismo (urea y ácido úrico) y se mantiene la homeostasis (el volumen y la composición de los líquidos del medio interno).
El sudor tiene una composición parecida a la orina, aunque es más diluida. Mediante la orina y el sudor se eliminan sustancias de desecho del metabolismo.
Por otro lado, hay que comentar que el balance hídrico es el equilibrio entre la ingesta y la pérdida de líquidos en el organismo. Las pérdidas incluyen el agua eliminada por orina, respiración, transpiración cutánea… y el aporte de agua al organismo procede del consumo de líquidos, el contenido en agua de alimentos sólidos y pequeñas cantidades de agua que se producen en los procesos metabólicos.
Para todo deportista la hidratación es una prioridad. El problema es que muchos, en particular los aficionados, sólo toman agua cuando sienten sed y beben agua en cantidad para mitigar la sed y luego presentan problemas respiratorios y gástricos. El agua se debe tomar antes, durante y después del esfuerzo físico para limitar las pérdidas provocadas por la transpiración y la evaporación cutánea.
Bajo condiciones de reposo el agua que se bebe es igual a la expulsada. En cambio, durante el ejercicio físico, se produce un aumento de las pérdidas hídricas, sobre todo, debido a la evaporación del sudor desde la piel necesaria para eliminar el calor generado durante la práctica deportiva, por lo que se debe aumentar la ingesta de agua.
Durante el descanso de un partido de fútbol, por ejemplo, hay que evitar beber grandes cantidades. Entre 250 y 300 mililitros es la cantidad adecuada ya que una ingestión mayor puede producir alteraciones gastrointestinales por problemas de vaciado y disminuir el rendimiento deportivo.