Historia, pregunta formulada por francheska94, hace 1 mes

¿Por qué crees que se utilizó el termino felices para referirse a esta época?

Respuestas a la pregunta

Contestado por ericaxXSHINOBUXx
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Respuesta:

Para una joven de hoy - en una sociedad industrializadacon todas sus necesidades cubiertas es posible que tres kilos menos representen la felicidad. Para una del siglo XVII - en una sociedad acostumbrada a la penuria tres kilos menos podían ser la desgracia. El sentimiento es unánime: todos, de una manera o de otra, pretendemos, aspiramos, deseamos ser felices. Pero la felicidad es un concepto relativo, porque no encontraremos dos personas que sean dichosas exactamente de la misma manera. Sin embargo, si hiciéramos la comparación entre nosotros y nuestros abuelos o nuestros ancestros medievales, la diferencia se convertiría en abismo: a lo largo de la historia la felicidad no ha significado nunca lo mismo, ni nunca ha sido, como ahora, una prioridad.

Desde que el ser humano pisa la faz de la Tierra ha tratado de algún modo u otro de encontrar la dicha. Y de eso hace ya 400.000 años. Dicen los científicos que si no, no hubiéramos podido sobrevivir. Que si la mayoría de los individuos de la especie no se hubieran sentido satisfechos o no hubieran tratado de conseguirlo, se habrían autodestruido, habrían perdido interés por la procreación y, probablemente, se habrían extinguido. Tratar de ser feliz es un mecanismo evolutivo impreso en nuestros genes.

Y, sin embargo, "el concepto es tan indetermina-do que aunque todo el mundo desee conseguirla, nadie puede decir de forma definitiva y firme qué es lo que realmente desea y persigue", advirtió ya en el siglo XVIII el filósofo alemán Immanuel Kant. No sólo nos resulta complicado definir qué es la felicidad, sino también qué nos hace felices. Hagan la prueba, realicen una pequeña encuesta a su alrededor y pregunten a quienes les rodean qué les hace felices; con toda seguridad, obtendrán tantas respuestas distintas como personas encuestadas.

"Probablemente, las cosas concretas que nos hagan felices sean bastante diferentes de una persona a otra, pero, desde un punto de vista psicológico, el mecanismo es bastante parecido", explica Asun Mena, psicóloga y directora de Quid, una consultoría especializada en estudios sociológicos y mercado. "La felicidad se ha definido de muchas formas, a menudo como un estado de búsqueda y desde perspectivas más dinámicas de la psicología, como la realización del deseo. Y los deseos pueden ser muy distintos, desde estar muy bien con mi familia, hasta unas vacaciones en Bali o que mi empresa vaya bien".

Las personas mayores, para sentirse bien, suelen valorar mucho las relaciones y la seguridad económica, mientras que para los jóvenes tiene más peso su imagen y el grupo al que pertenecen. Incluso a lo largo de la vida experimentamos la felicidad de distinta forma.

Y si esa diferencia es tan importante entre una persona y otra, cuando la comparación es entre periodos históricos distintos la distancia es, sencillamente, sideral. Pongamos por caso a un hidalgo en la España del siglo de oro. Su felicidad "radicaba en su honor, aunque no tuviera qué comer - explica la historiadora y escritora María Pilar Queralt del Hierro, autora deMujeresde vida apasionada (La Esfera de los Libros, 2010)-. En cambio, hoy en día preferimos comer aunque para ello haya que robar, o estafar, o malversar fondos públicos. Para Don Quijote la felicidad consistía en deshacer entuertos, mientras que Tales de Mileto consideraba que sólo se podía ser feliz con un cuerpo y un alma sanos, y fortuna".

Aunque solemos dar por sentado que tenemos derecho a ser felices, se trata de una idea bastante reciente, como explica el historiador Darrin Mc-Mahon en Una historia de la felicidad (Taurus,2005). Es más, esa idea procede de la Ilustración, en el siglo XVIII. Sin embargo, del concepto de felicidad se empezó a hablar mucho mucho antes. La mención más antigua que se conserva es del siglo VIII a. C., y, como ocurrió durante toda la antigüedad, estaba ligada a la tragedia. De llegar, era algo que simplemente sucedía, no se podía hacer nada por conseguirla, de manera que la gente, impotente, esperaba resignada.

De hecho, esa relación entre la dicha y la fortuna marcó el nacimiento de vocablos en la mayoría de las lenguas indoeuropeas para designar este concepto. Happiness proviene del inglés medio happ que significa ocasión, fortuna.

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