por que conseguida la independencia de america latina no se lo otorga la liberta a los esclavos?
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Cuando en 1808 Fernando VII se convirtió en "cautivo" de Napoleón Bonaparte, lejos estaban de imaginar el monarca "prisionero" y su captor que aquel hecho precipitaría la disolución del imperio colonial más extenso de su época. La forzosa estancia del rey hispano -y demás miembros de la familia monárquica- fuera de sus dominios y la invasión de las tropas francesas a España iniciaron una insurrección popular, a partir de mayo de 1808, que devino guerra de independencia para los ibéricos contra la ocupación napoleónica.
Al mismo tiempo, se fueron creando juntas de gobierno en las diferentes regiones sublevadas. Tal iniciativa respondió al derecho "popular" de asumir la soberanía, en ausencia del poder monárquico legítimo. Las juntas españolas coincidieron en la necesidad de crear un gobierno nacional, que se consumó en septiembre de ese mismo año con la creación de la Junta Suprema Central del Reino, con sede primero en Aranjuez y luego en Sevilla. Esta sería sustituida luego por el denominado Consejo de la Regencia, radicado en Cádiz.
En la otra orilla del Atlántico, donde se ubicaban las posesiones de ultramar, las noticias de lo ocurrido en la península -aunque llegadas con retraso- aceleraron el estallido de contradicciones subyacentes en las sociedades americanas. La entronización de un monarca espurio, José Bonaparte, generó la zozobra de las autoridades coloniales de Hispanoamérica. La situación creada exigió la disyuntiva de reconocer al nuevo rey extranjero, y con ello la legitimidad de la ocupación napoleónica, o de asumir la soberanía real de manera provisoria, al igual que lo hacían las juntas españolas.
Esta última opción fue la que entusiasmó a los grupos criollos, como primer paso para suavizar la mordaza colonial. De tal modo, en muchos territorios las autoridades que se plegaron a los franceses fueron remplazadas por gobiernos integrados por representantes de las aristocracias locales. Tales administraciones eran, desde su propia fundación, abiertamente fieles al legítimo monarca español, Fernando VII, por tanto, no fueron de inicio independentistas, pero sí abrieron la posibilidad del autogobierno a la cual no quisieron renunciar, más tarde, los criollos.
Así se inició la primera etapa del proceso de luchas por la independencia en Hispanoamérica, con la singularidad de no ser en sus comienzos una gesta de liberación nacional, sino un cambio en el ejercicio soberano del poder. La llegada al gobierno de los grupos oligárquicos nativos de las regiones americanas, si bien les dio la posibilidad de regir sus propios destinos, al mismo tiempo los obligó a enfrentar los problemas económicos, comerciales, jurídicos, militares y político-administrativos que durante siglos fueron atribución exclusiva de los funcionarios coloniales.
Los hombres que encabezaron aquel proceso y defendieron para sí la libertad individual, el ejercicio de la soberanía popular, los derechos naturales del hombre y la aplicación del Contrato Social en Hispanoamérica eran, en buena parte de los casos, dueños de esclavos. En consecuencia, la riqueza que colocaba a dicha élite en la cúspide económica de cada una de sus sociedades descansaba en gran medida en la explotación, en condiciones de esclavitud, de los africanos y sus descendientes, así como en la servidumbre de la población indígena. ¿Cómo enfrentó la lucha democrática e igualitarista, devenida en emancipatoria, la realidad de la esclavitud negra? ¿Qué actitud asumieron los esclavos ante la inestabilidad política que se desató? ¿Qué medidas tomaron los padres fundadores de la independencia latinoamericana para "acabar" con la esclavitud? A estas interrogantes pretende acercarse el presente trabajo.
Los inicios de la emancipación y el "pánico" a otros Haití
Fue en la actual República de Haití donde detonó el proceso independentista latinoamericano y caribeño.(3) En sus inicios, como ocurrió luego en Hispanoamérica, se exigió la ampliación de derechos para los grupos hegemónicos nativos, en este caso, los llamados grandes blancos. Con tales propósitos, se convocó en 1789 a la Asamblea Provincial del Norte, con sede en Saint Marc, la cual debatió propuestas de reformas al régimen absolutista. Sin embargo, el estamento social que inició la revolución -y que constituía apenas un 5 % de la población total de la colonia- no pudo contener las aspiraciones del importante sector mulato de participar en la dirección de los destinos políticos y lograr su igualdad jurídica, y menos aún impedir que estallaran las ansias de libertad de la gran masa de negros esclavos, que representaban la inmensa mayoría de la sociedad.
que te sirva