¿Por qué a la etapa de la “consumación” de la independencia de México también se le puede llamar “contrarrevolución”?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En lo referente a la periodificación de la lucha por la independencia, hemos tomado como su inicio el año de 1804 porque consideramos que "la bárbara Ley de Consolidación", que se emitió a finales de ese año, presupone el momento en. que la crisis del sistema colonial español incide en la formación socioeconómica novohispana y lleva a sus habitantes a reflexionar sobre las conveniencias e inconveniencias de seguir vinculados, a un proceso europeo que les es ajeno (deudas estatales crecientes, crisis financieras constantes y emisiones torrenciales de papel moneda que se deprecian), y que se les ha vuelto amenazador y destructivo. Las reflexiones sobre sus diferencias los llevaría a protestar contra la implantación de las medidas reales que les aumentaban desorbitadamente la carga económica que implicaba su dependencia de la monarquía hispánica. Conciencia de sí que los llevó a la acción para sí (conflictos clasistas de por medio y sus diferenciadas alternativas en los medios pero no en su finalidad independentista), a partir de julio de 1808.
Con la aparición de la ya clásica obra de Luis Villoro titulada La Revolución de la Independencia (ensayo de interpretación histórica, publicado en 1953), la obra historiográfica posterior empezó a abandonar la tradicional polémica del conflicto entre criollos y gachupines para pasar a interpretar las contradicciones clasistas y a clasificar el tipo de revolución.[ 2 ]
La renovación y discusión sobre el periodo de la lucha por la independencia fue seguida por un torrente de estudios sobre la formación socioeconómica novohispana del siglo XVIII y su incidencia sobre la lucha por la independencia.[ 3 ] A este resurgimiento del interés por el paso final de una formación socioeconómica -diríamos precapitalista o feudal- a otra diferente que podríamos clasificar como capitalista, debemos una larga serie de interpretaciones enriquecedoras sobre una problemática análoga de nuestro complejo presente: el paso final de la formación socioeconómica capitalista a la embrionaria formación socioeconómica socialista.
El proceso de la independencia -no la lucha por su consecución- se desenvuelve a través de cinco etapas, a saber:
1) las reformas borbónicas (1763-1796); 2) La crisis del sistema colonial español (1796-1808); 3) la revolución burguesa por la independencia (1810-1815); 4) la contrarrevolución triunfante y las dispersas guerrillas independentistas (1815-1820); y 5) la consumación de la independencia, el efímero Imperio de Iturbide y la conformación del estado nacional republicano. Esta interpretación del proceso de la independencia intenta corregir una visión que sitúa el comienzo en julio de 1808 y la culminación en septiembre de 1821 insistiendo en confundir las condiciones externas (mayo de 1808 y enero de 1820 en la metrópoli) y transformarlas en determinaciones históricas de la lucha por la independencia. Con esta confusión se elude el rico y complejo proceso de las determinaciones internas -novohispanas- que llevaron a la conclusión de que debía emprenderse la lucha por la independencia por diversas vías y medios; lo cual retrasa la fecha de consumación pero no elude la constante ratificación y consolidación del objetivo de consumar la independencia.
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