por favor una ayuda con una historia de discriminacionnn en para ya
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Puede sonar extraño, pero la mujer que me envió el video era una de las mamás que te encuentras en las puertas de la escuela. Algunas de nosotras habíamos abierto un grupo en WhatsApp para discutir las fechas escolares, uniformes y enfermedades.
Entonces una mañana, de la nada, una de estas mamás envió un video al grupo, acompañado de dos emoticones de caras llorando.
Era solo una caja negra, no tenía imagen en miniatura. Y todas lo reproducimos sin pensar.
Quizás era un meme o una noticia. Quizás uno de esos videos de “peligros extraños” que algunas de las mamás habíamos compartido.
El video comienza con una toma de un hombre y un bebé de unos 18 meses de edad, sentado en un sofá. El bebé le sonríe al hombre.
No puedo describir el resto.
Si te cuento lo que vi en los 10 segundos que me tomó darme cuenta de lo que estaba ocurriendo, y presioné para detenerlo, tu tendrías también la imagen en tu mente. Y no quieres.
Es un video de abuso sexual infantil. Dura nueve minutos.
Grité, y lancé mi teléfono. Estaban sonando los mensajes de las turbadas miembros del grupo.
Llevé mi teléfono a la estación de policía local en Wembley, Londres. Les dije lo que había ocurrido. Les dije que creía que la mujer había enviado el video como una advertencia y que esperaba que ellos investigaran de dónde había venido.
¿Era nuevo o ellos ya lo conocían? ¿Estaba ese bebé todavía en peligro? ¿Podría esta evidencia ayudar a salvarlo o a atrapar al abusador?
Arresto
La policía se quedó con mi teléfono durante dos semanas. Al día siguiente supe que habían arrestado a la mujer que envió el video y habían visitado a otros miembros del grupo.
Después no volví a escuchar más del asunto.
Pero me quedó una duda. ¿Qué ocurrió con el niño del video? Así que unos meses más tarde, cuando ya logré leerles a mis hijos un cuento por la noche sin pensar en él, comencé a buscar respuestas.
Empecé tratando de hablar con el egente de policía que estaba investigando el video con mi teléfono.
Pero cada vez que llamaba al estación para hablar con él, me decían que acababa de salir.
No quería saber nada de mi.
Llamé a Alan Collins, un abogado que se especializa en abuso sexual infantil, para ver si las cosas que normalmente haría para rastrear a una persona podrían funcionar.
Por ejemplo, ¿podría enviar el video a policías retirados para ver si lo reconocían?
“Te podrías enfrentar a una sentencia de 10 años en prisión”, me dijo. La misma condena que se da si tomas una imagen y la envías.
Sólo la posesión de imágenes como las que estaban en mi teléfono podrían enviarme a la cárcel.
Así que llamé al amigo de un amigo que solía trabajar para la policía. Me dijo que la estación de policía donde llevé el teléfono seguramente lo habían enviado a uno de los laboratorios forenses digitales de la ciudad.
Los laboratorios enumeran todo el contenido ilegal y cuando se trata de abuso sexual infantil lo clasifican:
Categoría A para los más graves, Categoría B, Categoría C.
El video en WhatsApp era Categoría A.
Después, el archivo se envía a identificación de víctimas y mi caso fue enviado a la Unidad de Explotación y Abuso Sexual Infantil en Internet de la Policía Metropolitana.