POR FAVOR
por que el segundo libro del martin fierro tiene un tono conciliador?
Respuestas a la pregunta
Respuesta: porque se enamoro de una chica
Explicación:
El proyecto mental que ha precedido un proceso de escritura resultará siempre inaccesible para el investigador, pero es indudable que el lenguaje del Martín Fierro y su materia poética debieron ir tomando forma largamente en un espacio de interacción entre vida, política y literatura.
Después de la revolución porteña del 11 de septiembre de 1852, que aglutinó contra Urquiza -reciente vencedor de Caseros- a antirrosistas y rosistas, Buenos Aires se separa de la Confederación Argentina. Los federales genuinos están en desacuerdo con la segregación y el coronel Hilario Lagos pone sitio a Buenos Aires. A comienzos de 1853, el joven José Hernández abandona los campos del Sur y empieza a tomar parte en las luchas nacionales siguiendo a un caudillo regional (tiene dieciocho años y su tío, el coronel Juan José Hernández, acaba de morir en Caseros peleando en el bando rosista). Se incorpora a la columna de Pedro Rosas y Belgrano, interviene en el combate de San Gregorio contra las fuerzas de Lagos y su primera experiencia político-militar es una derrota categórica. Se ha iniciado asi
Después me contó un vecino
Que el campo se lo pidieron-
La hacienda se la vendieron
En pago de arrendamientos,
Y qué sé yo cuántos cuentos,
Pero todo lo fundieron.
prosódico que a lo largo del proceso textual entró en pronunciados vaivenes escriturales: la ocurrencia de sinéresis y desplazamiento acentual en vocablos en los que concurren una vocal abierta átona y una cerrada tónica. En el manuscrito, se sigue la norma más habitual en la literatura gauchesca: la variación libre. Allí alternan en la terminación verbal -ía, por ejemplo, el hiato («Sólo había cuatro frascos» -verso 691-) y la sinéresis («Cuando no habia indio ninguno» -verso 676-)17. Pero sobre este marcador sociolingüístico, el movimiento escritural del poema que ha podido reconstruirse se bamboleará una y otra vez: para consolidar la sinéresis en la etapa textual posterior (que se proyectó en la edición príncipe), para matizarla en la 8.ª edición, para anularla de nuevo en forma obsesiva en la 9.ª edición y para readoptarla e instalarla definitivamente -aunque con alguna excepción- en las ediciones 10.ª, 11.ª y 12.ª de El gaucho Martín Fierro, y también en La vuelta de Martín Fierro, si bien aquí este rasgo no tiene una presencia tan contundente. Esas vacilaciones y tironeos permiten deslindar, entonces, un lugar de conflictos discursivos; es así como un rasgo absolutamente marginal podrá ser percibido, finalmente, como indicio de un resquebrajamiento de conceptualizaciones reguladoras de prácticas discursivas (en este caso, las que atañen a la alianza de voces del género gauchesco).