Por favor dar una opinión buena sobre mi texto argumentativo es nota. Graciasss...
Respuestas a la pregunta
Es muy buena e intretenida para los lectores ya que es completa va al grano y con unos muy buenos ejemplos y se basa en la realidad como ejemplos y algunos se sentirán id identificados con los de ejemplos
Respuesta:
No vacilaré al señalar ésta como la primera razón. Muchas personas creen, injustificadamente, que la inseguridad que sienten al exponer sus ideas (de forma oral o escrita) tiene que ver con cuestiones psicológicas personales o con su falta de talento para ello. “Es que yo no sé” o “Es que no me hago entender”. Exponer una idea en público, incluso, es considerado uno de los mayores temores a nivel global. Pocas personas, sin embargo, comprenden que la inseguridad parte, en muchas ocasiones, de dos causas bien definidas: o bien de la falta de información, o bien de la falta de una adecuada estructura en lo que se quiere sostener. Preparar un texto, una idea, o la presentación de un proyecto, no es cuestión de psicología individual y de talento únicamente: es cuestión de saber qué decir y saber cómo organizar lo que se dice. Por esto el aspecto estructural de la argumentación es de gran ayuda. Desde la antigüedad, se denominaban a estas instancias la inventio y dispositio (crear y organizar). No hay mayor seguridad que tener una idea y haber pensado un modo de organizar y comunicarla a otros. No es necesario ir a la antigüedad para advertirlo. Esto puede ser probado en la vida cotidiana. Una vez, conversando en un pasillo, le recomendé a un alumno que hiciese un experimento: que intentase convencer a su cónyuge de que era bueno ir al cine, aún cuando ésta no sentía demasiado gusto por el séptimo arte. Pero le pedí que lo hiciera de dos modos diferentes: un día espontáneamente, y otro día (tras dos semanas) habiendo meditado previamente algunos motivos por los cuales sería bueno para ambos ir al cine. No creí que lo hiciese, pero tras unas semanas me comentó su experiencia y ambos aprendimos algo interesante. El primer modo lo sintió más espontáneo pero, increíblemente, no más natural. Sintió que improvisar no le permitía ser él mismo, que lo convertía en balbuceante y lo obligaba a echar mano a lo primero que se le viniera a su mente. Por el contrario, meditar previamente, lejos de convertirlo en un calculador (eso había creído él) le permitía pensar en su pareja y por qué sería agradable para ella esa experiencia. Este proceso no sólo le dio más chances de que su idea fuese considerada (de hecho, fueron al cine), sino que también le dio seguridad de saber por qué se lo planteaba, sin considerar que era un puro pedir un favor o seguir un capricho. Argumentar no es sólo hablar o escribir, es pensar. Es saber dónde está uno centrado. Y estar centrado da seguridad.
Explicación: