Por fa lo necesito rápido Tácticas de guerra del imperio islámico
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En menos de diez meses, las milicias del Estado Islámico pasaron de ser uno de los tantos grupos armados de Oriente Medio a convertirse en una de las más grandes amenazas regionales. La toma de Mosul, una ciudad de más de dos millones de habitantes, en junio de 2014, inaugura una nueva fase de su campaña. Este proceso es el fruto de la conjugación de varias tácticas políticas, militares y sociales; al margen del debate sobre la creación misma del Estado Islámico y de su estrategia final.
Antes de 2013, el Estado Islámico se alimentó del sentimiento contra los Estados Unidos después de la ocupación de Irak en 2003, de los vacíos de la cruenta guerra de Siria, de las lecturas salafistas y wabahistas del Islam (patrocinadas por Arabia Saudita y otros países del Golfo Pérsico), de las tensiones religiosas y culturales dentro de Irak, y del camino recorrido por Al-Qaeda en la región.
Pero, es seis meses antes de la conquista Mosul cuando el Estado Islámico (en ese entonces llamado El Estado Islámico de Irak y Sham) hace su ensayo general: la toma de la provincia de Ánbar en diciembre de 2013, región poco poblada, de mayoría suní y abandonada por el gobierno central de Irak. Estando por esos días de visita en Bagdad me llamó la atención la poca importancia dada desde la capital a la caída de Ánbar. Entre Ánbar y Mosul pasaron seis meses sin que Irak entendiera la nueva amenaza. Si bien es cierto que algunas tribus suníes rechazaron a los radicales armados, algunos suníes los apoyaron, pues eran una alternativa ante un gobierno excluyente.
Ánbar fue el punto de partida para la toma de parte del norte de Irak, la consolidación de las milicias (que en febrero de 2014 fueron expulsadas de Al-Qaeda), la exploración de alianzas con comunidades suníes y una forma de medir la capacidad de reacción del ejército iraquí: el gran ensayo general.
Esta táctica, de control territorial, le permite ganar el control de ciudades como Raqa en Siria y Mosul en Irak, amenazando incluso con llegar a Bagdad. Son primeramente los kurdos y en segundo lugar las milicias chiíes los que detienen el avance del Estado Islámico, ante las continuas retiradas del ejército iraquí. Al día de hoy, hay tres derrotas importantes que ha sufrido el Estado Islámico: la de Kobane, donde los kurdos resistieron; la de Diyala, y la del área de Tikrik. En estas dos últimas jugaron un papel importante las milicias chiíes y el apoyo de Irán. Como pude observar en Erbil y Kirkuk, en el kurdistán iraquí, en julio de 2014, la reserva política y militar de los kurdos es una de las claves para luchar contra el Estado Islámico.
Una vez consolidado un control territorial (hoy cercano a 80.000 kilómetros cuadrados) el Estado Islámico declara la creación de un Califato: una institución religiosa de poder político en el marco de la tradición islámica, nombrando a su líder, Abu Bakar Al-Bagdadi, el nuevo califa. Esta decisión no entra en contradicción con autodenominarse Estado (Dawla, en árabe), pues más allá del nombre las dos nociones buscan un reconocimiento político internacional. La noción de Califato envía además un mensaje a todos los musulmanes del mundo, especialmente a los grupos pro Al-Qaeda que no ven en los seguidores de Osama Bin Laden propuestas sólidas de liderazgo internacional.
Con el establecimiento del Califato aparece una nueva táctica: la definición del “buen musulmán” y la persecución a muerte a los infieles, sean estos chiíes, cristianos, yazidíes o incluso suníes que no se sometan al Estado Islámico. Y aquí se articula la táctica política y la mediática: no solo asesinar infieles sino mostrárselo al mundo, lo que genera rechazo de un sector de la comunidad internacional pero simpatías entre radicales islamistas.
Antes de que la decapitación se vuelva un lugar común y, por tanto, su impacto mediático desaparezca, el Estado Islámico decide la destrucción de museos. Alegando un aparente combate a la idolatría, destruyen grandes estatuas mientras comercian pequeñas piezas en el mercado negro. No es la lucha contra otros dioses lo que determina su acción (pues lo habrían hecho meses antes) sino una nueva maniobra publicitaria altamente eficaz, en un mundo que olvida fácilmente.
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- Los resultados de esta organización son contundentes: el apoyo irrestricto de grupos como Boko Haram de Nigeria, reclutamiento de más de 20.000 extranjeros, consolidación de un territorio tan grande como Inglaterra.
- En menos de diez meses, las milicias del Estado Islámico pasaron de ser uno de los tantos grupos armados de Oriente Medio a convertirse en una de las más grandes amenazas regionales. La toma de Mosul, una ciudad de más de dos millones de habitantes, en junio de 2014, inaugura una nueva fase de su campaña. Este proceso es el fruto de la conjugación de varias tácticas políticas, militares y sociales; al margen del debate sobre la creación misma del Estado Islámico y de su estrategia final
- Ataques de distracción :Esta es la más reciente táctica puesta en marcha por los islamistas desde que inició la ofensiva, con una racha de ataques alrededor del país que empezaron el viernes pasado en la estratégica ciudad de Kirkuk, controlada por los kurdos.
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