POR FA AYUDENME NO CONTESTEN BABOSADAS PLIS:
TEXTO 1:
Érase un zagalillo, famoso en muchas leguas a la redonda por sus
respuestas atinadas y discretas. Su fama llegó a los oídos del Rey, quien,
no dando crédito a lo que le contaban del chiquillo:
—Si eres capaz de responder acertadamente a tres preguntas que voy a
hacerte, vivirás conmigo en palacio como si fueras mi propio hijo.
—¿Cuáles son estas tres preguntas? –dijo el muchacho.
—En primer lugar –dijo el Rey–, dime cuántas gotas de agua hay en el
océano.
A lo que respondió el zagal:
—Señor Rey, ordena que detengan todos los ríos de la Tierra para que no
entre en el mar ni una gota más hasta que yo las haya contado, y entonces
os diré las que contiene el océano.
—He aquí la segunda pregunta –prosiguió el Rey–. ¿Cuántas estrellas
hay en el cielo?
—Dame un pliego grande de papel –respondió el chiquillo. Y trazó en él
con una pluma tantos puntitos y tan apretados, que apenas se distinguían
unos de otros; era imposible contarlos, y se le nublaba la vista a quien los
miraba fijamente.
Luego dijo:
—Hay en el cielo tantas estrellas como puntitos en este papel. ¡Cuéntalos,
y lo sabrás!
Pero nadie fue capaz de hacerlo. El Rey continuó:
—Va la tercera pregunta: ¿Cuántos segundos tiene la eternidad?
—En Pomerania –contestó el muchacho–, hay una montaña de
diamantes: tiene una legua de alto, otra de ancho y otra de fondo. Desde
hace cien años se posa en ella una avecilla y afila en ella su pico. Pues
cuando haya desgastado toda la montaña, habrá transcurrido el primer
segundo de la eternidad.
Entonces, dijo el Rey: —Has contestado a las tres preguntas como un
verdadero sabio. En adelante vivirás en mi palacio y te consideraré como
a mi propio hijo.
TEXTO 2:
La cena de Azucena
Personajes: Azucena Mozo
La escena tiene lugar en un restaurante elegante. Entra Azucena, mujer
muy bien vestida y se sienta a una mesa. En cuanto se acerca el Mozo, se levanta un instante, lo toma del brazo y lo conduce hacia su mesa.
Azucena: (habla rápido) Buenas noches, señor. Por favor, ¿me podría
atender enseguida? Estoy apurada.
Mozo: ¿Qué dice, si la podría tender? ¿Dónde quiere que la tienda?
Azucena: Disculpe, dije si me podría atender.
Mozo: Sí, ya escuché, me preguntó si la podría tender. Esto es un
restaurante, no es un lugar para que la gente se tienda. Si se quiere tender
vaya a tenderse a un sillón, a un sofá o a una plaza.
Azucena: ¿A una plaza? ¿Para qué?
Mozo: Para tenderse en un banco, si quiere.
Azucena: Yo a los bancos voy a pagar las cuentas, no a atenderme. Para
atenderme voy a...
Mozo: (la interrumpe) Claro, para tenderse viene al restaurante. Pero aquí
la gente no viene a tenderse, viene a comer. Si quiere tenderse vaya a
otro lado.
Azucena: Señor, usted no me entiende, yo no quiero tenderme.
Mozo: Señora, usted me preguntó si yo la podría tender. Y yo a los clientes
no los tiendo.
Azucena: Yo no sé si los tiende, pero ¡me parece que no los entiende!
Mozo: (irritado) ¡Claro que los entiendo! Pero no los tiendo. Lo único que
a veces tiendo es la ropa: camisas, medias, pan...
Azucena: (lo interrumpe) ¡Pan! Justamente, podría ir trayendo pan, por lo
menos.
Mozo: Señora, yo me refería a pantalones.
Azucena: ¿Pantalones? ¿Para qué quiero que me traiga pantalones? Si
quisiera pantalones no vendría a un restaurante, iría a una tienda de ropa.
Si vengo acá, es para comer.
Mozo: ¿Y por qué no come en lugar de hablar tanto?
Azucena: ¿Cómo quiere que coma si usted no me trae nada, ni siquiera
me muestra las entradas?
Mozo: Señora, usted de entrada tomó las cosas mal.
Contestar las siguientes preguntas en su libreta de español referentes a
los dos textos leídos (el zagalillo y la cena de azucena).
1. ¿Qué diferencias encuentras entre el texto 1 y el texto 2?
2. ¿Qué tipo de texto es el 1?, ¿Qué tipo de texto es el 2?
3. ¿Qué características tiene los personajes de los textos?
4. ¿Cómo es el ambiente en el que se desarrolla cada historia?
5. ¿Qué diferencias encuentran en la forma en la que hablan los
personajes de los cuentos y la manera en que lo hacen en la obra de
teatro?
PORFA AYUDEN PLIS
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/` ミ_xノ
/ |
/ ヽ ノ
│ | | |
Respuestas a la pregunta
Érase un zagalillo, famoso en muchas leguas a la redonda por sus
respuestas atinadas y discretas. Su fama llegó a los oídos del Rey, quien,
no dando crédito a lo que le contaban del chiquillo:
—Si eres capaz de responder acertadamente a tres preguntas que voy a
hacerte, vivirás conmigo en palacio como si fueras mi propio hijo.
—¿Cuáles son estas tres preguntas? –dijo el muchacho.
—En primer lugar –dijo el Rey–, dime cuántas gotas de agua hay en el
océano.
A lo que respondió el zagal:
—Señor Rey, ordena que detengan todos los ríos de la Tierra para que no
entre en el mar ni una gota más hasta que yo las haya contado, y entonces
os diré las que contiene el océano.
—He aquí la segunda pregunta –prosiguió el Rey–. ¿Cuántas estrellas
hay en el cielo?
—Dame un pliego grande de papel –respondió el chiquillo. Y trazó en él
con una pluma tantos puntitos y tan apretados, que apenas se distinguían
unos de otros; era imposible contarlos, y se le nublaba la vista a quien los
miraba fijamente.
Luego dijo:
—Hay en el cielo tantas estrellas como puntitos en este papel. ¡Cuéntalos,
y lo sabrás!
Pero nadie fue capaz de hacerlo. El Rey continuó:
—Va la tercera pregunta: ¿Cuántos segundos tiene la eternidad?
—En Pomerania –contestó el muchacho–, hay una montaña de
diamantes: tiene una legua de alto, otra de ancho y otra de fondo. Desde
hace cien años se posa en ella una avecilla y afila en ella su pico. Pues
cuando haya desgastado toda la montaña, habrá transcurrido el primer
segundo de la eternidad.
Entonces, dijo el Rey: —Has contestado a las tres preguntas como un
verdadero sabio. En adelante vivirás en mi palacio y te consideraré como
a mi propio hijo.
TEXTO 2:
La cena de Azucena
Personajes: Azucena Mozo
La escena tiene lugar en un restaurante elegante. Entra Azucena, mujer
muy bien vestida y se sienta a una mesa. En cuanto se acerca el Mozo, se levanta un instante, lo toma del brazo y lo conduce hacia su mesa.
Azucena: (habla rápido) Buenas noches, señor. Por favor, ¿me podría
atender enseguida? Estoy apurada.
Mozo: ¿Qué dice, si la podría tender? ¿Dónde quiere que la tienda?
Azucena: Disculpe, dije si me podría atender.
Mozo: Sí, ya escuché, me preguntó si la podría tender. Esto es un
restaurante, no es un lugar para que la gente se tienda. Si se quiere tender
vaya a tenderse a un sillón, a un sofá o a una plaza.
Azucena: ¿A una plaza? ¿Para qué?
Mozo: Para tenderse en un banco, si quiere.
Azucena: Yo a los bancos voy a pagar las cuentas, no a atenderme. Para
atenderme voy a...
Mozo: (la interrumpe) Claro, para tenderse viene al restaurante. Pero aquí
la gente no viene a tenderse, viene a comer. Si quiere tenderse vaya a
otro lado.
Azucena: Señor, usted no me entiende, yo no quiero tenderme.
Mozo: Señora, usted me preguntó si yo la podría tender. Y yo a los clientes
no los tiendo.
Azucena: Yo no sé si los tiende, pero ¡me parece que no los entiende!
Mozo: (irritado) ¡Claro que los entiendo! Pero no los tiendo. Lo único que
a veces tiendo es la ropa: camisas, medias, pan...
Azucena: (lo interrumpe) ¡Pan! Justamente, podría ir trayendo pan, por lo
menos.
Mozo: Señora, yo me refería a pantalones.
Azucena: ¿Pantalones? ¿Para qué quiero que me traiga pantalones? Si
quisiera pantalones no vendría a un restaurante, iría a una tienda de ropa.
Si vengo acá, es para comer.
Mozo: ¿Y por qué no come en lugar de hablar tanto?
Azucena: ¿Cómo quiere que coma si usted no me trae nada, ni siquiera
me muestra las entradas?
Mozo: Señora, usted de entrada tomó las cosas mal.
Contestar las siguientes preguntas en su libreta de español referentes a
los dos textos leídos (el zagalillo y la cena de azucena).
1. ¿Qué diferencias encuentras entre el texto 1 y el texto 2?
2. ¿Qué tipo de texto es el 1?, ¿Qué tipo de texto es el 2?
3. ¿Qué características tiene los personajes de los textos?
4. ¿Cómo es el ambiente en el que se desarrolla cada historia?
5. ¿Qué diferencias encuentran en la forma en la que hablan los
personajes de los cuentos y la manera en que lo hacen en la obra de
teatro?
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