poesia para san juan bosco larga
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La Revista Internacional Ex Allievi Newsflash, en su última edición de abril 2020, publicó un nuevo poema del docente Fredi Portilla en homenaje a San Juan Bosco. El docente de la sede Cuenca, hace énfasis al buen humor y alegría que caracterizaba al patrono de los salesianos.
La poesía aparece en la sección, "Fiesta de Don Bosco" en la página 24, con el título "Juanito, el Santo de la Alegría".
Cabe destacar, que la revista se edita en varios idiomas, además que circula a nivel mundial y tiene una gran repercusión en la vida salesiana.
Explicación:
espero que te ayude
Respuesta:
Eres un padre y un amigo,
por eso te admiro y te sigo.
Te tengo siempre presente
porque a los niños trataste cariñosamente.
Fuiste una gran persona,
de eso no nos cabe la menor duda.
Tus hechos fueron siempre ejemplares
y para nosotros muy familiares.
Esperamos con anhelo tu fiesta todos los años
y ansiosos por celebrarla estamos.
Vivimos a lo grande el 31 de enero.
Para nosotros, Don Bosco: ¡Eres lo primero!
Cuando era pequeño
tuvo un extraño sueño.
En él aparecía la virgen María,
deslumbrante, en medio de una inmensa alegría.
Había muchos animales fieros,
que se convertían en mansos corderos.
Don Bosco siempre era fiel
y mamá Margarita era buena con él.
Desde que el sueño ocurrió
para siempre él cambió
y en sacerdote se convirtió.
Todos los niños lo amaban
y siempre con él rezaban.
Cuando era mayor vivía con muchos niños
a los que daba su cariño.
Le gustaba ser malabarista
y ¡era bastante bromista!
No se cansó de dar amor.
Era un ejemplo a seguir.
Siempre fue acogedor,
a los niños hacía reír.
Fundó la sociedad de la alegría.
a Dios siempre amó.
Para que nos acercáramos a María,
ninguna gota de odio derramó.
Era un buen amigo,
con los niños jugaba.
No tenía ningún enemigo
y rezando disfrutaba.
Contaba sólo dos años
y huérfano se quedó,
por una pulmonía
su padre se murió.
Y por él rezó un avemaría.
Nueve años tenía
cuando un gran sueño vivía
un cordero amaestraba
y, a su lado, Jesús y María.
En una valla se subió.
Aunque, a veces, se caía
en malabarista se convirtió
y la gente le aplaudía.
Siete kilómetros se hacía,
Estudiando, caminaba.
La lección bien se aprendía
Y el frío bien lo aguantaba.
Margarita, su madre se llamaba.
Ella, siempre a él le ayudaba.
Tres veces al día rezaba
Y, con sus compañeros, todos los días jugaba.
A los nueve años algo grande soñó:
En un prado verde él se encontró
animales feroces que en corderos convirtió.
Un hombre con traje blanco también se le apareció.
A los once años un mago quiso ser.
Con práctica, sabiduría y algo de ingenio
toda la gente pudo ver
las acrobacias que él era capaz de hacer.
Un oratorio fundó.
y a todos los muchachos recogió,
Con todos ellos jugó
y a rezar les enseñó.
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