Poesía de Colombia en el siglo XIX
Respuestas a la pregunta
Entre los símbolos nacionales, la bandera, el escudo y el himno ocupan los primeros lugares. Los colores de una bandera, las enseñas de un escudo o las notas y letra de un himno sirven para identificar fácilmente a la nación que representan. Nuestro país cuenta con un himno oficial desde 1920, cuando entró en vigencia la Ley 33, aprobada el 28 de octubre de ese año y que adoptó como Himno Nacional el compuesto por Rafael Núñez, con música de Oreste Sindici, un artista italiano naturalizado en el país. El texto de un himno puede ir acompañado de música, circunstancia que le confiere aún más carácter.
Algunos países como España, han adoptado, en vez de un himno, una marcha, obviamente carente de letra. En los albores de nuestra república ocurría algo similar y la contradanza La Vencedora hizo las veces de himno, pero no alcanzó una norma legal que la declarase como tal. Por ello basta escuchar algunas de sus notas o algunos de sus versos para identificar un himno. Al oír nuestro Himno reafirmamos nuestra condición de colombianos, integrantes de una nación que nos alberga en su territorio y nos imprime un carácter que se refleja en costumbres y gustos similares, en un pasado compartido y en una lengua que nos permite la comunicación.
El himno nacional consta de un coro y de once estrofas en las que se recuerdan los hechos más notables de la gesta emancipadora. Fue interpretado por primera vez, el 24 de julio de 1887, en la plaza de la población cundinamarquesa de Nilo, donde Síndici poseía una casa. El público acogió con entusiasmo este himno, al punto que el 6 de diciembre se repitió la interpretación, esta vez en el Salón de Grados del Edificio de Aulas de la Universidad, actualmente Museo Colonial de Bogotá. El himno fue tan bien acogido que se siguió interpretando, ganando aceptación y popularidad, al punto de ser publicado con el título de Himno Nacional.
La letra original, con música de los maestros Delgado y Fortich, había sido interpretada el 20 de julio de 1880 en la Plaza de Bolívar de la capital. Entonces, como ocurrió con otros himnos, no logró la popularidad que alcanzó años después para ser elevado a la categoría de Himno Nacional.
LOS HIMNOS Y LA CONMEMORACIÓN DEL 20 DE JULIO
En todos los casos, las letras están cargadas de simbolismos y de metáforas a través de las cuales se exaltan los valores patrios y el heroísmo de los próceres y mártires, a veces en abundantes estrofas. Esa costumbre de expresar, a través de versos o rimas, acontecimientos histórico políticos es muy antigua. Era tradición utilizar la poesía con fines pedagógicos aprovechando la consonancia de versos fáciles de recordar. Muestra de ello fue una manifestación de apoyo y fidelidad a Fernando VII, con motivo de su proclamación en 1808.
Al momento del brindis, Frutos Joaquín Gutiérrez, uno de los firmantes del Acta de Independencia pronunció varios versos.
Por razones de espacio resulta imposible incluir textos completos de otros himnos pronunciados durante los festejos patrios, así como otras producciones dedicadas a honrar los héroes. El 20 de julio de 1872, José María Rojas Garrido pronunció en la Plaza de los Mártires una completa oda titulada 20 de Julio.
Que pesaba de América en la frente, Afrontando la saña del verdugo
Abundaron ese año las veladas literarias en las que se entonó un himno al 20 de julio con letra de Lino de Pombo y música del holandés Carlos van Oeckelen.
El anterior recuento lejos de agotar el tema, nos permite recordar como se fue configurando un himno y como a través de los versos se recogen sentimientos de valor y dignidad, recuerdo de un pasado heroico que hace parte de nuestro ideario y que nos confiere identidad.