Poemas de Francisco Granizo ♥
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De ti, exacta, la cifradel principio y el término,la plenitud del cero,la frecuencia infinita. La total armoníade tu cuerpo en mi cuerpo,tu sonido y tu tiempoy tu peso de vida Traspasada del nombreningún nombre te acogemás, audible, inefable, y la mano te sabepor tu olor y tu portede dulcísimo alfanje *** Este es mi amor y nada más, acodorecurriéndote, así, terriblemente,nacido, desnacido, adolescenteen las albas dulcísimas del lodo. Sólo de esta mi suerte, de tu modo,talud de sangre, cántaro cayente,ordenarás dolor, asiduamente,zafado peso, acaecer de todo. Abierto a mi hambre de tus hambres. Duropájaro, por la piel, enfurecidosacúdenme tu olor y ligereza. ¡Tacto! Desde la carne del conjuro,atacado de todos tus sonidos,vuélvala el corazón, alto, tu presa.
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De ti, exacta, la cifra
del principio y el término,
la plenitud del cero,
la frecuencia infinita.
La total armonía
de tu cuerpo en mi cuerpo,
tu sonido y tu tiempo y
tu peso de vida
Traspasada del nombre
ningún nombre te acoge más,
audible, inefable, y la mano te sabe por tu olor y tu porte de dulcísimo alfanje.
Este es mi amor y nada más, acodo
recurriéndose, así, terriblemente,
nacido, desnacido, adolescente
en las albas dulcísimas del lodo.
Sólo de esta mi suerte, de tu modo,
talud de sangre, cántaro cayente,
ordenarás dolor, asidua mente,
zafado peso, acaecer de todo.
Abierto a mi hambre de tus hambres.
Duro pájaro, por la piel, enfurecidos
acudeme tu olor y ligereza.
¡Tacto! Desde la carne del conjuro,
atacado de todos tus sonidos,
vuélame el corazón, alto, tu presa.
del principio y el término,
la plenitud del cero,
la frecuencia infinita.
La total armonía
de tu cuerpo en mi cuerpo,
tu sonido y tu tiempo y
tu peso de vida
Traspasada del nombre
ningún nombre te acoge más,
audible, inefable, y la mano te sabe por tu olor y tu porte de dulcísimo alfanje.
Este es mi amor y nada más, acodo
recurriéndose, así, terriblemente,
nacido, desnacido, adolescente
en las albas dulcísimas del lodo.
Sólo de esta mi suerte, de tu modo,
talud de sangre, cántaro cayente,
ordenarás dolor, asidua mente,
zafado peso, acaecer de todo.
Abierto a mi hambre de tus hambres.
Duro pájaro, por la piel, enfurecidos
acudeme tu olor y ligereza.
¡Tacto! Desde la carne del conjuro,
atacado de todos tus sonidos,
vuélame el corazón, alto, tu presa.
l2po4:
me cirvio y era lo mismo que necesitava
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