¿Podrías indicar algunos ejemplos de órganos vestigiales de este tipo en la anatomía de los humanos?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. Apéndice
El apéndice es el órgano vestigial por excelencia. Esta estructura alargada y de pequeño tamaño se encuentra adherida al intestino grueso. Consiste en una bolsa con forma de dedo que se proyecta desde el colon, en el lado derecho del abdomen.
Se cree que el apéndice es una herencia evolutiva de un órgano que utilizaban nuestros antepasados herbívoros para digerir la glucosa, pero en nuestra especie ya no cumple con esta función y, de hecho, solo da muestras de su presencia cuando se infecta dando lugar a una apendicitis, una condición clínica potencialmente mortal en la que hay que extirpar esta estructura para impedir la muerte de la persona.
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De todos modos, recientemente se ha empezado a discutir si el apéndice es realmente un órgano vestigial, ya que, aunque no cumple con su objetivo original, se cree que podría estar involucrado en la estimulación del sistema inmune, aunque fuera de forma indirecta. Sea como sea, el apéndice es el más claro ejemplo de vestigialidad.
Apéndice
2. Coxis
Coxis
El coxis es la parte final de la columna vertebral. Está formado por las cuatro últimas vértebras, las cuales son de un pequeño tamaño y carecen de movilidad, pues ya desde el momento del nacimiento están fusionadas. Es otro claro ejemplo de órgano vestigial.
El coxis no tiene ninguna funcionalidad, al menos de forma aparente, en el organismo. Y es que si bien la región sacra de la columna vertebral (la parte anterior al coxis) tampoco tiene movilidad, sí que es importante para transmitir el movimiento a la pelvis. El coxis no tiene función.
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Es, de nuevo, un legado del pasado. Es una herencia de los otros mamíferos de los que procedemos (sin ir más lejos, los monos), pues este coxis nace de una desaparición progresiva de la cola, un rasgo común en la mayoría de animales vertebrados. El coxis, pues, es una involución de la cola.
3. Muelas del juicio
Las muelas del juicio son otro claro ejemplo de órgano vestigial. Es más, es una estructura que es evidente que no debería estar ahí, pues ni cumple con ninguna función ni está bien integrada en nuestra fisionomía. No tiene ningún sentido que, a partir de la pubertad, nos salgan unos dientes que no solo no nos sirven, sino que a menudo, para mantener la salud bucal, deben extirparse.
Las muelas del juicio son, de nuevo, un legado de nuestros antepasados, especialmente de los simios, que necesitaban unos dientes mucho más fuertes y grandes para masticar la comida, pues seguían una dieta con alimentos muy duros. Los cambios en la nutrición hicieron que estos dientes fueran cada vez menos necesarios hasta llegar al punto de que la mandíbula humana no estuviera adaptada a su presencia.
4. Músculos de las orejas
Oreja
Los músculos de las orejas son otro órgano vestigial. Y es que, ¿cuál es el propósito de tener una musculatura que no podemos mover de forma ni voluntaria ni involuntaria? A pesar de que algunas personas sí que pueden mover las orejas, por regla general, la musculatura en esta zona del cuerpo está muy atrofiada.
Los músculos de las orejas proceden de los simios de los que venimos, pues ellos sí que necesitaban una musculatura bien desarrollada para mover las orejas y así ubicar sonidos. Los humanos, al no necesitar estos músculos, se han ido atrofiando hasta el punto de no cumplir con ninguna función.
5. Senos paranasales
Los senos paranasales son cavidades huecas dentro del cráneo. Básicamente son bolsas de aire en nuestra cabeza. Y estas regiones, pese a que hay quien dice que funcionan como cámara de resonancia a la hora de generar sonidos o como estructura para liberar peso del cráneo, lo cierto es que provocan más problemas de los que solucionan.
Y es que la sinusitis es una enfermedad respiratoria en la que estos senos paranasales se infectan ya que las bacterias tienen vía libre para crecer y están bien aisladas. No tiene sentido, de nuevo, disponer de una estructura con funciones poco importantes y que, además, es propensa a infectarse.
En este caso, se cree que los senos paranasales son una herencia evolutiva de los dinosaurios, los cuales sí que necesitaban estas cavidades huecas para darle forma a su cráneo. En los humanos, básicamente es una bolsa de aire que puede infectarse.
Senos paranasales
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