podríamos registrar todos los árboles ?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
no porque algunos están lejos y otros están cerca
Respuesta:
Explicación:
Los árboles guardan más información de la que nos podemos imaginar. ¿Podemos saber cómo fueron las variables climáticas en un determinado año? Tomemos una muestra y analicemos sus anillos
Estudiar los fenómenos naturales implica concebir el medio ambiente como un todo, donde cada uno de sus componentes están relacionados y permiten explicar cómo ha ido evolucionando el planeta con el paso del tiempo.
La variabilidad climática, por ejemplo, indica los cambios en el comportamiento del clima en diferentes épocas o estacionalidades. Y para establecer estas variaciones podemos valernos de los árboles como fuente de información.
Además de las múltiples funciones que cumplen los árboles dentro de un ecosistema, estos también constituyen una valiosa base de datos que permite determinar no solo el pasado, sino el comportamiento del presente y futuro del medio ambiente.
La dendrocronología, que etimológicamente viene del griego dendron (árbol), cronos (tiempo) y logo (estudio), es la ciencia que estudia el efecto de variables ambientales en el crecimiento de los árboles mediante la medición de diversas características.
El material que se examina de los árboles proviene de su “disco duro” interno: la madera. Todo comienza extrayendo una muestra, la cual se pone a secar en un horno y se pule con papel lija para observar los anillos de crecimiento que se generan en los árboles. A través de ellos podemos conocer su edad y las condiciones climáticas a las que ha estado expuesto a través de los años.
Al estudiar la densidad, la porosidad y otras condiciones de estas estructuras de la madera, podemos determinar la edad de los árboles y registrar en qué años hubo períodos más secos o lluviosos que otros.
Como los eventos naturales son cíclicos, la dendrocronología se convierte también en un método para adelantarse en el tiempo. Conocer el comportamiento de estos fenómenos nos ayuda a encontrar patrones y a hacer proyecciones de cómo serán en un futuro, permitiéndonos estar preparados para enfrentar los impactos de la variación climática.
Esta ciencia nos invita a estudiar los árboles más allá de los servicios ecológicos que siempre hemos conocido, aprovechando la información que guardan en su interior estos seres fascinantes, que consumen únicamente el alimento que necesitan, que regulan su gasto energético y que, con toda su sabiduría, nos pueden enseñar más de la naturaleza y el planeta de lo que creemos.