Podemos fomentar el respeto mediante podemos from entra el respeto mediante:
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Respeto en la comunidad: Practicar la paciencia, el buen trato y las normas con todos los miembros de la comunidad. No abuses de tu propio poder si eres alguien de estatus en tu comunidad. La empatía es primordial. Colocarnos en la posición de los demás nos permite entenderlos y ser respetuosos en nuestra comunidad.
Respeto entre la familia:
1. Comenzar desde que son muy pequeños
Esta premisa no es nueva en la educación de los hijos. Es importante no pensar que son pequeños y que ya lo haremos, puesto que son valores básicos que van a construir un buen andamiaje en el interior de cada niño para lograr que sean buenas personas.
2. Mostrarles la realidad social que les rodea
Muchas familias viven en su burbuja y se esfuerzan para que sus hijos no sufran y eviten riesgos. Pero vivir en una única realidad limita conocer otros entornos y situaciones. El desconocimiento los puede llevar a pensar que su realidad es la válida y correcta y el resto no.
Es muy importante enriquecer a los niños con el conocimiento de la diversidad y las cosas buenas de cada una de las personas que la componen.
Enseñarles a respetar a los demás con sus casuísticas propias y no pensar que sólo lo suyo es lo mejor o lo correcto.
3. Enseñarles tolerancia para admitir al diferente
Hacerles ver que, a pesar de que algo no les guste, deben saber respetarlo. No todos piensan lo mismo, ni les gustan las mismas cosas. Justo en esa diversidad es donde emana la riqueza de una sociedad plural.
Todo esto debe estar acompañando de una gran comunicación entre los padres e hijos y de un ejemplo por parte de los padres. No se puede pretender que aprendan respeto si no lo ven en casa, con los propios padres.
4. Respetar a las personas mayores
Algo que también es importante trabajar desde casa es el respeto hacia los mayores.
Si preguntáramos a cualquiera de nuestros ancianos sobre cambios significativos que perciben en la educación, no existiría mucha discrepancia en que, el respeto a los mayores y el modo en que los niños y jóvenes tratan al adulto, es uno de los cambios mas significativos y notorios.
Hace ya varias generaciones el respeto a los mayores se daba totalmente por hecho, no se concebía que no fuera así. Desde muy pequeños se aprendía que, a los adultos, por el simple hecho de serlo, se les tenía que respetar y que su palabra tenía más valor cuanta más edad tenían.
Prácticamente, este hecho se trabajaba casi como si fuera de manera innata porque era la única opción, no cabía otra manera de actuar con un adulto.
5. Fomentar la comunicación
El respeto, en muchas ocasiones, venía asociado a una autoridad más extrema o disciplinaria. Se llegaba incluso a utilizar muchas consignas lingüísticas del tipo “esto es así porque lo digo yo y punto”, “lo decido yo que soy mayor”, anulando, en todo momento, la posibilidad de rebatir una norma al adulto, dialogar sobre una orden o poder ofrecer otra alternativa.
En educación, conforme se han ido produciendo cambios en los estilos educativos se ha ido pasando de un autoritarismo a sistemas más permisivos.
Un cambio significativo dentro de los estilos educativos ha sido dar la oportunidad a los niños de opinar, pensar o transmitir su criterio.
Se ha introducido la conversación y el diálogo, teniendo en consideración al niño. Este aspecto es muy positivo. Se consigue que los niños aprendan a hacer las cosas de manera razonada, que entiendan por qué deben hacerlo y no que sea por imposición o incluso por miedo a las consecuencias que pueda tener no hacerlo.
Pero hay que saber utilizar el dialogo con cierto equilibrio. El adulto siempre debe ser quien controle la situación porque si no es así se puede llegar a un permisivo peligroso y ser el niño quien domine dicha situación e incluso se pueda llegar a perder la autoridad y, como consecuencia, el respeto al adulto.
Este cambio, en los estilos educativos, ha influido en el respeto a los mayores, hasta el extremo de estar, los niños, cuestionando constantemente las decisiones de los adultos, no valorando sus opiniones, ni haciendo caso a lo que transmiten.
Respeto entre la familia:
1. Comenzar desde que son muy pequeños
Esta premisa no es nueva en la educación de los hijos. Es importante no pensar que son pequeños y que ya lo haremos, puesto que son valores básicos que van a construir un buen andamiaje en el interior de cada niño para lograr que sean buenas personas.
2. Mostrarles la realidad social que les rodea
Muchas familias viven en su burbuja y se esfuerzan para que sus hijos no sufran y eviten riesgos. Pero vivir en una única realidad limita conocer otros entornos y situaciones. El desconocimiento los puede llevar a pensar que su realidad es la válida y correcta y el resto no.
Es muy importante enriquecer a los niños con el conocimiento de la diversidad y las cosas buenas de cada una de las personas que la componen.
Enseñarles a respetar a los demás con sus casuísticas propias y no pensar que sólo lo suyo es lo mejor o lo correcto.
3. Enseñarles tolerancia para admitir al diferente
Hacerles ver que, a pesar de que algo no les guste, deben saber respetarlo. No todos piensan lo mismo, ni les gustan las mismas cosas. Justo en esa diversidad es donde emana la riqueza de una sociedad plural.
Todo esto debe estar acompañando de una gran comunicación entre los padres e hijos y de un ejemplo por parte de los padres. No se puede pretender que aprendan respeto si no lo ven en casa, con los propios padres.
4. Respetar a las personas mayores
Algo que también es importante trabajar desde casa es el respeto hacia los mayores.
Si preguntáramos a cualquiera de nuestros ancianos sobre cambios significativos que perciben en la educación, no existiría mucha discrepancia en que, el respeto a los mayores y el modo en que los niños y jóvenes tratan al adulto, es uno de los cambios mas significativos y notorios.
Hace ya varias generaciones el respeto a los mayores se daba totalmente por hecho, no se concebía que no fuera así. Desde muy pequeños se aprendía que, a los adultos, por el simple hecho de serlo, se les tenía que respetar y que su palabra tenía más valor cuanta más edad tenían.
Prácticamente, este hecho se trabajaba casi como si fuera de manera innata porque era la única opción, no cabía otra manera de actuar con un adulto.
5. Fomentar la comunicación
El respeto, en muchas ocasiones, venía asociado a una autoridad más extrema o disciplinaria. Se llegaba incluso a utilizar muchas consignas lingüísticas del tipo “esto es así porque lo digo yo y punto”, “lo decido yo que soy mayor”, anulando, en todo momento, la posibilidad de rebatir una norma al adulto, dialogar sobre una orden o poder ofrecer otra alternativa.
En educación, conforme se han ido produciendo cambios en los estilos educativos se ha ido pasando de un autoritarismo a sistemas más permisivos.
Un cambio significativo dentro de los estilos educativos ha sido dar la oportunidad a los niños de opinar, pensar o transmitir su criterio.
Se ha introducido la conversación y el diálogo, teniendo en consideración al niño. Este aspecto es muy positivo. Se consigue que los niños aprendan a hacer las cosas de manera razonada, que entiendan por qué deben hacerlo y no que sea por imposición o incluso por miedo a las consecuencias que pueda tener no hacerlo.
Pero hay que saber utilizar el dialogo con cierto equilibrio. El adulto siempre debe ser quien controle la situación porque si no es así se puede llegar a un permisivo peligroso y ser el niño quien domine dicha situación e incluso se pueda llegar a perder la autoridad y, como consecuencia, el respeto al adulto.
Este cambio, en los estilos educativos, ha influido en el respeto a los mayores, hasta el extremo de estar, los niños, cuestionando constantemente las decisiones de los adultos, no valorando sus opiniones, ni haciendo caso a lo que transmiten.
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