Piensa en una acción con la que contribuirás, desde tu quehacer cotidiano, para la conservación del medio ambiente. Es decir, desde tu casa, escuela, localidad o barrio. Recuerda que deberá ser una acción que está a tu alcance realizar. Sustenta tu elección con argumentos claros, los cuales deberán persuadir a los lectores para asumir una actitud responsable frente al cambio climático.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La participación social en temas como el calentamiento global, la disposición de agua, la deforestación, los patrones de producción y consumo, así como en los principios y valores que sustentan a esta sociedad, es muy importante.
partir de actividades cotidianas como transportarnos, asearnos, viajar, cocinar o comprar productos, y los impactos de éstas en el ambiente, es importante reflexionar en nuestros hábitos de consumo y actitudes hacia el cuidado y protección del ambiente.
En nuestra casa, trabajo, comunidad o escuela podemos iniciar actividades concretas para mejorar el entorno. Para lograrlo necesitamos observar nuestro alrededor e identificar alternativas menos dañinas al ambiente, cambiar conductas y tomar decisiones basadas en el mejoramiento de la calidad de vida.
Te invitamos a utilizar y enriquecer este material con tu creatividad y experiencia para fomentar una cultura ambiental en todo el país.
En la calle
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No tires basura en las calles.
Evita quemar basura, hojas y otros objetos, así como hacer fogatas en bosques o en plena ciudad.
Riega las plantas durante la noche o muy temprano, cuando el Sol tarda más en evaporar el agua. Reutiliza el agua que juntaste de la regadera y de lavar las verduras para regar las plantas o el jardín.
En la escuela
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educe la cantidad de residuos que generas, para tus bebidas en la escuela o el trabajo utiliza contenedores que se puedan usar muchas veces. Emplea productos en envases rellenables.
Reutiliza al máximo todos los artículos o productos antes de deshacerte de ellos. Por ejemplo, usa las hojas de papel por ambos lados; transforma las latas en lapiceros, joyeros o macetas. ¡Dale vuelo a tu imaginación! Desecha sólo lo que ya no se pueda volver a usar.
En el recreo procura comer frutas y verduras y bebe agua pura para quitarte la sed.
Los residuos orgánicos, como cáscaras de frutas y verduras, sobrantes de comida servilletas de papel, pasto, hojas, ramas, entre otros, deberán ir en un contenedor especial.
Con la materia orgánica puede producirse composta, la cual sirve como abono natural de hortalizas y árboles o para enriquecer el suelo.
Clasifica los residuos inorgánicos en forma independiente según su tipo; aplasta las latas de aluminio para reducir su volumen; junta y aplasta todos los envases y botellas de plástico, esto facilita su clasificación y reciclaje.
Enjuaga los envases usados de cartón y aplástalos para facilitar su acopio.
En el hogar
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Limpia pisos, paredes y vidrios con dos cubetas de agua; una para limpiar y otra para enjuagar. No abuses de los productos de limpieza.
Aprovecha el agua jabonosa para lavar los escusados. Si la del enjuague está libre de productos de limpieza, utilízala para regar las plantas o el jardín.
Antes de lavar los trastos, retira los residuos orgánicos (comida) y deposítalos en un bote o bolsa; no los arrojes por el drenaje ni los revuelvas con los residuos inorgánicos.
Remoja los trastos de una sola vez; si tienen mucha grasa, utiliza agua caliente. Enjabónalos con la llave cerrada y enjuágalos rápidamente bajo un chorro moderado.
Cuida que la llave del fregadero no gotee. Cambia los empaques cada vez que sea necesario.
Instala un economizador de agua. Es un dispositivo barato y fácil de colocar.
Lava las verduras en un recipiente con agua; tállalas con los dedos o con un cepillo y desinféctalas. Reutiliza esta agua para el escusado o regar plantas.
Si lavas la ropa en el lavadero, no desperdicies el agua. Reutiliza el agua con la que enjuagaste para remojar la siguiente tanda de ropa sucia.
Utiliza la lavadora sólo para cargas completas. Esto ayuda a ahorrar agua y energía eléctrica. Talla a mano o con cepillo las partes más sucias de la ropa, para evitar dobles o triples lavadas.
Utiliza la mínima cantidad de jabón o detergente. Además de requerir menos agua para enjuagarla, la ropa dura más.