Educ. Fisica, pregunta formulada por gpinedasolis, hace 10 meses

Persona que comparte con otra la práctica de un deporte u otra actividad

Respuestas a la pregunta

Contestado por angelinasgiordano
1

Respuesta:espero que sirva

Explicación:¿El deporte puede moldear la personalidad de un ser humano? Es una pregunta que nadie se hubiera hecho varias décadas atrás, pero los tiempos cambian. Y las investigaciones científicas avanzan a un ritmo parecido al del atleta jamaicano Usain Bolt. Diversos autores como John Kerr, Mihály Csíkszentmihályi –creador del popular concepto 'fluir'– y Jean Coté han construido los puentes entre la creatividad, la felicidad, la sociabilidad, la violencia y el deporte. Todos estos vínculos, antes impensados, cobran hoy un interés inusitado en los círculos académicos y, obviamente, en los campo de juego. Distintos profesionales opinan y echan luz sobre un tema apasionante. Todos, en mayor o menor medida, coinciden en lo mismo: existe una relación estrecha entre deporte y personalidad que modifica nuestra forma de ser.

Varios especialistas consideran al deporte como un espacio heterogéneo, abierto y amplio, donde lo físico es sólo una de las partes que se pueden ejercitar y estimular; lo intelectual y los valores también forman parte de la experiencia y son aspectos sobre los que se debe trabajar y hacer hincapié. Una perspectiva integral. Es el caso de Susana Hernández, psicóloga cognitiva conceptual y directora de HDZ Consultora: "El deporte es un vehículo no sólo para entrenar distintas habilidades físicas sino también para entrenar diferentes competencias o habilidades humanas, como lo son las relaciones sociales, el compañerismo, la solidaridad, el trabajo en equipo, la disciplina, entre otras –añade Hernández–. En ese sentido, la práctica de un deporte moldea determinados rasgos de la personalidad. En un estado de generación de máxima adrenalina y aumento de la ansiedad, propia de una competición, se pueden alterar ciertas cualidades de uno, como la manifestación de la ira, el miedo o la autoconfianza, que uno no sabía que tenía".

Sin embargo, hay algunos profesionales que matizan esta relación directa. Consideran que los deportes actúan sobre una base fisiológica preestablecida y sobre la educación –familiar y escolar– que haya recibido el sujeto. Una visión más parcial. "La práctica de cualquier deporte no cambia la personalidad, en general acentúa ciertos rasgos que ya están alojados en el individuo o que se van moldeando en el comienzo de la práctica deportiva", apunta Pablo Arnáldez, deportista argentino de élite en hockey sobre hierba. "Es durante la infancia y la adolescencia cuando ejercen gran influencia los entrenadores que representan figuras de autoridad muy importantes que tienen gran participación en las etapas de formación de la personalidad". En la misma estela, Antonio del Cerro, doctor en Psicología y profesor de la Universitat de Barcelona, aclara: "El deporte permite aflorar emociones, y el individuo que lo ejercita puede aprender a gestionarlas. Aquí hay que tener en cuenta que el deporte se practica a partir de unas normas y reglas, y puede que estas reglas sean causantes de determinadas formas de comportamiento".

Aprendizaje

Otro tema de debate es si el deporte repercute en nuestra personalidad durante todo el ciclo vital o sólo durante un tiempo determinado. El proceso de enseñanza y asimilación por parte de los sujetos ¿es constante o sólo se acota a las franjas de la vida más permeables como la infancia o la adolescencia? En este punto también hay disidencias. "El deporte puede forjar la personalidad de una persona entre los primeros años de la infancia y la escuela primaria de un niño, y se afianza en la pubertad y adolescencia –afirma Susana Hernández–. Y esta etapa, la juventud, es trascendental porque no sólo se elige definitivamente el deporte que se va a practicar como deporte primario, sino también se construyen relaciones de amistad y experiencias que quedan marcadas a fuego para toda la vida".

Mientras tanto otros conocedores del tema, como Verónica Morales Sánchez, coordinadora del máster de Investigación en Actividad Física y Deporte de la Universidad de Málaga, interpretan que "la socialización deportiva puede abarcar todo el período biológico. Se puede comprobar en los programas deportivos municipales a los que asisten jóvenes y ancianos". En otras palabras: hasta que el cuerpo, en todos sus sentidos, diga basta.

Para Antonio del Cerro, el aprendizaje dura según cada uno. Es algo personal. Relativo. "Depende hasta dónde cada uno sepa trasladar, del campo de juego a la vida personal, todas esas experiencias positivas". Por ende, no se trata de un lapso predeterminado sino de la habilidad de cada individuo para alimentar y enriquecer su día a día con todo un conjunto de competencias absorbido en la competición o entrenamiento, y viceversa. Cuando uno ya no sea capaz de transportar todas las vivencias de una esfera a otra, será cuando se acabe la construcción de la personalidad, por lo menos por parte del deporte.

Otras preguntas