Religión, pregunta formulada por ever09hotmailes, hace 16 horas

perro y el lobo


el cuento completo porfavor



doy corona​

Respuestas a la pregunta

Contestado por robertovega2
2

Respuesta:

solo buscar= "el lobo y el perro y abres el primer enlace

Explicación:

Contestado por Melany004
1

Respuesta:

En busca de alimento,

iba un Lobo muy flaco y muy hambriento.

Encontró con un Perro tan relleno,

tan lucio, sano y bueno,

que le dijo:

-Yo extraño

que estés de tan buen año

como se deja ver por tu semblante,

cuando a mí, más pujante,

más osado y sagaz, mi triste suerte

me tiene hecho retrato de la muerte.

El Perro respondió:

-Sin duda alguna

lograrás, si tú quieres, mi fortuna.

Deja el bosque y el prado;

retírate al poblado;

servirás de portero

a un rico caballero,

sin otro afán ni más ocupaciones

que defender la casa de ladrones.

-Acepto desde luego tu partido,

que para mucho más estoy curtido.

Así me libraré de la fatiga,

a que el hambre me obliga

de andar por montes sendereando peñas,

trepando riscos y rompiendo breñas

sufriendo de los tiempos los rigores,

lluvias, nieves, escarchas y calores.

A paso diligente

marchando juntos amigablemente,

varios puntos tratando en confianza,

pertenecientes a llenar la panza.

En esto el Lobo, por algún recelo,

que comenzó a turbarle su consuelo,

mirando al Perro, dijo:

-He reparado

que tienes el pescuezo algo pelado.

-Dime: ¿Qué es eso?

-Nada.

-Dímelo, por tu vida, camarada.

-No es más que la señal de la cadena;

pero no me da pena,

pues aunque inquieto

a ella estoy sujeto,

me sueltan cuando comen mis señores,

recíbanme a sus pies con mil amores:

ya me tiran el pan, ya la tajada,

y todo aquello que les desagrada;

éste lo mal asado,

aquel un hueso poco descarnado;

y aun un glotón, que todo se lo traga,

a lo menos me halaga,

pasándome la mano por el lomo;

yo meneo la cola, callo y como.

-Todo eso es bueno, yo te lo confieso;

pero por fin y postre tú estás preso:

jamás sales de casa,

ni puedes ver lo que en el pueblo pasa.

-Es así.

-Pues, amigo,

la amada libertad que yo consigo

no he de trocarla de manera alguna

por tu abundante y próspera fortuna.

Marcha, marcha a vivir encarcelado;

no serás envidiado

de quien pasea el campo libremente,

aunque tú comas tan glotonamente

pan, tajadas, y huesos; porque al cabo,

no hay bocado en sazón para un esclavo

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