Pero, como les decía,
vivía en el ala Ossenburger de la residencia nueva.
Encontré mi habitación de lo más acogedora al volver de casa de Spencer
porque todo el mundo estaba viendo el partido y porque, por una vez, habían
encendido la calefacción. Daba gusto entrar. Me quité la chaqueta y la
corbata, me desabroché el cuello de la camisa y me puse una gorra que me
había comprado en Nueva York aquella misma mañana. Era una gorra de
caza roja, de esas que tienen una visera muy grande. La vi en el escaparate
de una tienda de deportes al salir del metro, justo después de perder los
floretes, y me la compré. Me costó sólo un dólar. Así que me la puse y le di
la vuelta para que la visera quedara por la parte de atrás. Una horterada, lo
reconozco, pero me gustaba así. La verdad es que me sentaba la mar de
bien. Luego cogí el libro que estaba leyendo y me senté en mi sillón. Había
dos en cada habitación. Yo tenía el mío, y mi compañero de cuarto, Ward
Stradlater, el suyo. Tenían los brazos hechos una pena porque todo el mundo
se sentaba en ellos, pero eran bastante cómodos.
Estaba leyendo un libro que había sacado de la biblioteca por error. Se
habían equivocado al dármelo y yo no me di cuenta hasta que estuve de
vuelta en mi habitación. Era Fuera de África, de Isak Dinesen. Creí que
sería un plomo, pero no. Estaba muy bien. Soy un completo analfabeto, pero
leo muchísimo. Mi autor preferido es D.B. y luego Ring Lardner. Mi
hermano me regaló un libro de Lardner el día de mi cumpleaños, poco antes
de que saliera para Pencey. Tenía unas cuantas obras de teatro muy
divertidas, completamente absurdas, y una historia de un guardia de la porra
que se enamora de una chica muy mona a la que siempre está poniendo
multas por pasarse del límite de velocidad. Sólo que el guardia no puede
casarse con ella porque ya está casado. Luego la chica tiene un accidente y
se mata. Es una historia estupenda. Lo que más me gusta de un libro es que
te haga reír un poco de vez en cuando. Leo un montón de clásicos como La
vuelta del indígena y no están mal, y leo también muchos libros de guerra y
de misterio, pero no me vuelven loco. Los que de verdad me gustan son esos
que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo
tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras. No hay muchos
libros de esos. Por ejemplo, no me importaría nada llamar a Isak Dinesen, ni
tampoco a Ring Lardner, sólo que D.B. me ha dicho que ya ha muerto.
Luego hay otro tipo de libros como La condición humana, de Somerset
Maugham, por ejemplo. Lo leí el verano pasado. Es muy bueno, pero nunca
se me ocurriría llamar a Somerset Maugham por teléfono. No sé, no me
apetecería hablar con él. Preferiría llamar a Thomas Hardy. Esa protagonista
suya, Eustacia Vye, me encanta.
Pero, volviendo a lo que les iba diciendo, me puse mi gorra nueva y me
senté a leer Fuera de África. Ya lo había terminado, pero quería releer
algunas partes. No habría leído más de tres páginas cuando oí salir a alguien
de la ducha. No tuve necesidad de mirar para saber de quién se trataba. Era
Robert Ackley, el tío de la habitación de al lado. En esa residencia había
entre cada dos habitaciones una ducha que comunicaba directamente con
ellas, y Ackley se colaba en mi cuarto unas ochenta y cinco veces al día.
me pueden decir en un resumen de que trato el texto porfavor
Respuestas a la pregunta
vivía en el ala Ossenburger de la residencia nueva.
Encontré mi habitación de lo más acogedora al volver de casa de Spencer
porque todo el mundo estaba viendo el partido y porque, por una vez, habían
había comprado en Nueva York aquella misma mañana. Era una gorra de
caza roja, de esas que tienen una visera muy grande.
de una tienda de deportes al salir del metro, justo después de perder los
reconozco, pero me gustaba así. La verdad es que me sentaba la mar de
Luego cogí el libro que estaba leyendo y me senté en mi sillón.
Tenían los brazos hechos una pena porque todo el mundo
habían equivocado al dármelo y yo no me di cuenta hasta que estuve de
vuelta en mi habitación. Era Fuera de África, de Isak Dinesen.
leo muchísimo. Mi autor preferido es D.B. y luego Ring Lardner. Mi
hermano me regaló un libro de Lardner el día de mi cumpleaños, poco antes
de que saliera para Pencey. Tenía unas cuantas obras de teatro muy
divertidas, completamente absurdas, y una historia de un guardia de la porra
que se enamora de una chica muy mona a la que siempre está poniendo
multas por pasarse del límite de velocidad.
casarse con ella porque ya está casado.
vuelta del indígena y no están mal, y leo también muchos libros de guerra y
de misterio, pero no me vuelven loco.
tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras. No hay muchos
Por ejemplo, no me importaría nada llamar a Isak Dinesen, ni
se me ocurriría llamar a Somerset Maugham por teléfono. No sé, no me
apetecería hablar con él. Preferiría llamar a Thomas Hardy.
Pero, volviendo a lo que les iba diciendo, me puse mi gorra nueva y me
No habría leído más de tres páginas cuando oí salir a alguien
No tuve necesidad de mirar para saber de quién se trataba.
Robert Ackley, el tío de la habitación de al lado.
ahí está resumido :)