permanecias en las colonias americanas a raiz de las independencias
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
- Cada colonia se organizaba sobre la base de asambleas políticas, cuyos miembros auxiliaban a un gobernador representante de la Corona y eran electos por quienes tenían bienes raíces (Cámara Baja) y por el rey o el gobernador de la colonia (Cámara Alta).
- Los gobernadores tenían el derecho de vetar a las asambleas, pero comúnmente se abstenían de hacerlo porque los asambleístas controlaban su sueldo y les asignaban recursos financieros.
- Aunque los poderes de los cuerpos legislativos no estuvieron claramente definidos, por lo general tenían autoridad para controlar los asuntos locales y establecer impuestos.
- Los colonos desarrollaron un sistema de tribunales similares al del sistema británico y disfrutaron de los derechos legales de los súbditos británicos como lo ordenaba el derecho consuetudinario inglés.
- Las colonias contaban con una ley fundamental (frame of government) que definía las autoridades y sus atribuciones. Esto contribuyó a que en el momento de enfrentarse con la Corona, considerasen necesario darse una Constitución escrita. Antes de 1787, todas las antiguas colonias ya se habían otorgado constituciones a veces precedidas por una declaración de derechos y siguiendo el modelo de régimen parlamentario británico.
Explicación:
La profundidad del cambio político generado por la independencia respecto de España contrasta con la permanencia de todo el sistema económico colonial durante las tres décadas posteriores, hasta mitad del siglo XIX.
En efecto la independencia permitió la adopción de una constitución política, sistema de partidos, elecciones, relevo en el poder político y adopción de códigos (muy influidos por las ideas de la ilustración francesa y el modelo napoleónico), y un sistema de justicia civil; y aunque las guerras civiles se repitieron a lo largo del siglo, se formó un estado republicano. Cuba se mantuvo ocupada por un régimen colonial español; y Brasil si bien se independizó de Portugal mantuvo la monarquía a lo largo del siglo XIX.
Paradójicamente ese proceso de ruptura y cambio no ocurrió de similar manera, no con la prontitud ni con la profundidad en el ámbito económico, pues aunque la recaudación de los tributos se dirigió hacia las nuevas autoridades republicanas, las estructuras económicas de la colonia no se modificarán hasta las reformas liberales de mitad del siglo XIX impulsadas por los radicales.
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Un fenómeno notable es que Bolívar tuvo refugio del presidente Petion cuando se huyó derrotado de Venezuela y se asiló en Haití, donde recibió respaldo con armas, dinero y apoyo político con el claro compromiso de asegurar la liberación de los esclavos si lograba el triunfo en la independencia. Solo en 1821 se prohibió el comercio de esclavos y en 1851 se decreta la libertad de esclavo pagando el estado una indemnización a los propietarios de esos esclavos.
Al lograrse la independencia, las tres cuartas partes de la tierra de la Nueva Ganada eran propiedad de la iglesia heredadas de los latifundistas, quienes al morir las confiaban a la iglesia. Por ese origen se llamaban ‘bienes de manos muertas’, adicionalmente porque no se podían comprar ni vender, y por ende no se destinaban a la producción. Es fácil comprender el obstáculo que esta situación representaba para la producción de alimentos y materias primas para la manufactura.
La iglesia no solo conservaba el monopolio de la educación y la orientaba al estudio de filosofía, teología, latín y moral; y no de ciencia y técnicas; y era obligatorio entregar el 10% (diezmo) de los ingresos de las personas en beneficio del clero, reduciendo así el nivel de ganancias de las personas y su capacidad de consumo e inversión.
Desde la Colonia existía el sistema de ‘estancos’ o monopolios estatales, sobre el aguardiente, las minas y el cultivo del tabaco; cuya siembra debería ser autorizada por las autoridades.
Aunque el monopolio de la producción y comercialización de licores persiste hasta hoy, e incluso sobrevivió a los intentos de eliminación que se presentaron en la Asamblea Constituyente de 1991, el estanco del tabaco se eliminó en 1850 , y los debates que acompañaron esa decisión estaban marcados por el enfrentamiento entre quienes sostenían que la renuncia a ese ingreso podría agravar el déficit fiscal, y los impulsores de la reforma, quienes creían que la liberación de esas actividades aumentaría la producción y por ende la recaudación, como efectivamente ocurrió.