perjuicios de la independencia nacional en la sociedad actual
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Respuesta:
La Independencia de España fue en todas sus colonias un movimiento complejo de confrontación civil y una larga y cruenta guerra de liberación. Se perdieron vidas humanas, se destruyeron activos, se fugaron capitales, se liquidó la esclavitud y la cosa pública quedó en manos de una administración inexperta, aunque al mismo tiempo hubo una gran reducción de la carga tributaria y una modernización del Estado y de sus regulaciones bancarias. El PIB por habitante se redujo considerablemente hasta los años treinta del siglo XIX, y luego se recuperó. Se deterioró la economía de Popayán y Cartagena, esta última subsidiada por los impuestos del resto del virreinato, y se beneficiaron Antioquia, con su minería de mazamorreros libres, y Cundinamarca.
El Virreinato de la Nueva Granada logró un notable crecimiento económico durante la segunda mitad del siglo XVIII, que se frenó desde 1808 con el colapso de España a causa de la invasión y la guerra contra la fuerzas de Napoleón. El crecimiento luego se tornó negativo debido a la interrupción del comercio, las cruentas guerras de Independencia, la decadencia del esclavismo y el estancamiento del comercio internacional, hasta 1850. La inexperta burocracia criolla que remplazó a la de la Corona no tenía capacidad para solucionar los problemas; de modo que la Independencia inauguró un largo proceso de inestabilidad política que resultó muy costoso para la sociedad, aunque se inició una serie de reformas fiscales y legales que empezaron a modernizar la economía de la nueva república independiente.
El proceso de la Independencia produjo entonces costos y beneficios, en contra de la visión sesgada y unilateral de los criollos de la época y de los historiadores tradicionales, para quienes la Colonia fue un período de atraso económico y de oprobio político, y la emancipación el preámbulo de una historia republicana lineal y progresista (Ocampo López, 2007, 201). De acuerdo con otros autores, la Independencia, en cambio, no dio lugar a nada nuevo y el sistema político que se construyó cambió poco y constituyó un prolongado fracaso histórico (Tovar, 2007a, 218).
En este trabajo nos proponemos demostrar que el período colonial fue más próspero de lo que supone la literatura tradicional y que la economía se contrajo en la primera mitad del siglo XIX para recuperarse más adelante. Además, que los criollos no tenían una experiencia de gobierno proto-nacional que les permitiera reorganizar el orden político después de la emancipación y que, a pesar de estar profundamente divididos con respecto a la forma de organización que debía adoptar la república, modernizaron tortuosamente las instituciones políticas y legales heredadas.
La república fue surgiendo difícilmente a partir de su legado absolutista y confesional. Los beneficios, que fueron menos tangibles al comienzo y se fueron asentando con el tiempo, integraban los siguientes elementos: una reducción apreciable de los impuestos, incluida la eliminación del diezmo eclesiástico; una modernización de las constituciones y del código civil; la liberación de los esclavos; la profundización de un mercado de tierras; la modernización de la legislación comercial, bancaria, de sociedades y de pesas y medidas; la abolición del monopolio del comercio, de los estancos y del crédito, que era detentado por la Iglesia, lo que hizo posible la aparición de bancos modernos y privados. Pero el establecimiento de un sistema político menos conflictivo que el que existió durante el siglo XIX sólo fue posible, y no del todo, después de la muy cruenta Guerra de los Mil Días, ya en el siglo XX.