películas o novelas utopicas
Respuestas a la pregunta
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te ayudo pero una pregunta
que es utopicas
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La ciencia-ficción nos ha acostumbrado a enfrentarnos a menudo a futuros distópicos. Mundos en los que el totalitarismo o la intolerancia se han apoderado de la sociedad, hasta el punto de relegar a las mujeres a meras herramientas de crianza, como se hace en la ahora celebrada El Cuento de la Criada, otros en el que el desarrollo tecnológico es visto como una herramienta de control (1984); o incluso, cómo sociedades con ciudadanos aparentemente felices esconden una realidad de alineamiento y pérdida de libertad, como Un mundo feliz.
Las distopías y las ucronías han fijado un imaginario pesimista pero seductor para el lector por su capacidad para ponernos frente al espejo: conocer hasta qué punto podríamos llegar en un momento dado como sociedad. Sin embargo, cuando estos mundos lúgubres parecen copar toda la ficción especulativa gracias también a su relanzamiento en muchos casos como series, conviene recordar que distopía proviene en su origen semántico de utopía, y que estas estuvieron antes.
Aunque el término utopía -cuya traducción directamente de su raíz griega significa no-lugar– no se acuñó hasta la obra de Tomás Moro en 1516, el ser humano ha intentado desde siempre idealizar mundos en los que parece que todos podemos convivir en paz y, a ser posible, sin apenas nada de qué preocuparnos. Y cómo no, la ciencia-ficción también ha intentado retratar esta posibilidad. Quién sabe si, al igual que vemos posibles o como reflejos de la realidad muchas distopías, alguna vez uno de estos mundos idílicos pudiera ser posible. Y es que, si nos atenemos a lo que decía Asimov: «las historias de ciencia-ficción son viajes extraordinarios a uno de los infinitos futuros concebibles”.
Aquí va una recopilación de varias novelas modernas que han intentado mostrarnos utopías desde distintos puntos de vista, y conviene no pensar que por relatarnos mundos perfectos estas historias carezcan de intensidad, ya que hasta en las casas más tranquilas acaban pasando cosas.
##Clásicos modernos que cambiaron la distopía por la utopía
###La Isla (1962), Aldous Huxley
Huxley escribió esta novela como respuesta positiva a los muchos temas que planteaba en Un mundo feliz (1932). Si en su novela más conocida las sociedades centralizadas, el uso y avance de la tecnología o la experimentación con drogas actuaban en su vertiente más negativa, en La Isla, todo se configura para mostrarnos una sociedad ideal.
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La historia se desarrolla en la Isla de Pala, un pequeño enclave ficticio de la Polinesia al que llega un periodista que entra en contacto con una sociedad única. En Pala la gente vive feliz, en una unión perfecta de los avances occidentales y la espiritualidad oriental. No se desecha la tecnología, pero solo se utilizan aquellos avances que redundan en la mejora de la sociedad sin dañar el entorno. La industrialización, por lo tanto, no ha llegado ni sus habitantes la desean. Sus vecinos se dedican a enriquecerse en conocimientos, y utilizan una droga muy parecida a la que se nombra en Un mundo feliz (allí se llama soma y en La Isla moksha) para entrar en trance y conseguir abrirse a nuevas perspectivas y aprender más rápido. Además, en contraposición también a Un mundo feliz, los niños son criados también separados de sus padres, pero no para que perdieran su sentido de la individualidad, sino para que se desarrollaran libres de las posibles cargas que tuvieran sus progenitores. El ying y el yang de unas mismas acciones.
En esta sociedad, el protagonista va sumergiéndose poco a poco desde un punto de partida escéptico hasta acabar enamorándose. Aunque todo pueda parecer muy edulcorado el final de la novela tiene un giro final. Y no, no es que la utopía guarde un lado tenebroso, es peor aún.
###Men Like Gods (1923), H.G. Wells
El autor de La Guerra de Los Mundos (1898) dijo que estaba cansando de escribir “sobre mundos destinados a destruirse a sí mismos” cuando publicó esta novela, ambientada en una realidad paralela o un futuro lejano -no se acaba de aclarar- al que llegan unos ciudadanos del siglo XX de carambola. En ese mundo alternativo no existe la política, ni la religión, y la sociedad vive en una especie de anarquismo libertario donde no hay más límites que la privacidad, la libertad de pensamiento y movimiento, y la discusión y crítica abierta. Sus habitantes estudian en sus libros de historia un pasado remoto al que llaman ‘los días de confusión’, y que recuerda mucho a la historia de la humanidad en los últimos siglos.
La historia de Wells, si bien es algo naíf por presentarnos un mundo donde todo funciona a la perfección, también se enfrenta a sus problemas por el choque de culturas que supone la llegada de los antiguos terrícolas.
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