peleas resientes del conflicto de internacional
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Respuesta:
1. Afganistán
A pesar de los pequeños pero significativos avances en los diálogos de paz, muchas cosas podrían salir mal para Afganistán en 2021.
Después de casi dos décadas de enfrentamientos, el gobierno de EE. UU. firmó un acuerdo con los insurgentes talibanes en febrero. Washington accedió a retirar sus tropas de Afganistán a cambio de que los talibanes se comprometieran a prohibir que los terroristas usen el país como base de operaciones y a entablar diálogos con el gobierno afgano.
Los diálogos de paz afganos tardaron en ponerse en marcha. El gobierno se tomó seis meses para llevar a cabo un intercambio de prisioneros que EE.UU.prometió al Talibán (la liberación de 1000 soldados o funcionarios gubernamentales retenidos por los talibanes a cambio de 5000 combatientes talibanes) considerado inequitativo por Kabul. Los insurgentes, que inicialmente habían reducido los ataques suicidas con bombas y los asaltos a ciudades y pueblos, respondieron a la demora intensificando los asaltos y asesinatos.
Las negociaciones finalmente comenzaron en Doha a mediados de septiembre, pero las partes tardaron hasta diciembre para llegar a un acuerdo sobre las reglas del juego. Ninguno muestra gran interés en ceder. El derramamiento de sangre, en cambio, se ha intensificado. Los talibanes parecen haber abandonado cualquier moderación inicial. En los últimos meses se ha producido un aumento de los atentados suicidas con bombas y de grandes ofensivas en las ciudades.
Uno de los desafíos es la manera en la que las partes ven los diálogos. Kabul está comprometida públicamente. Pero los altos funcionarios desconfían profundamente de los talibanes o creen que las negociaciones podrían resultar en la caída del gobierno. Kabul ha intentado que las conversaciones empiecen de la manera más lenta posible sin contradecir abiertamente a Washington. En contraste, los líderes talibanes consideran que su movimiento está creciendo. Perciben la retirada de EE. UU. y el proceso de paz como un reflejo de esa realidad. Dentro de las filas insurgentes, muchos combatientes esperan obtener de las negociaciones muchos de los objetivos por los que han luchado.
En mayo de 2021 se cumple la fecha límiteEn mayo de 2021 se cumple la fecha límite establecida en el acuerdo de febrero para la completa retirada militar de EE. UU. y la OTAN. Aunque Washington argumenta que la fecha estaba implícitamente condicionada a los avances en los diálogos de paz afganos, es probable que los talibanes reaccionen hostilmente ante retrasos significativos. Desde febrero, Trump ha retirado miles de tropas estadounidenses. En el acuerdo bilateral se dispuso una reducción inicial a 8600, pero Trump ha llegado a 4500 y ha prometido llegar a 2500 antes de dejar el cargo. La reducción adicional e incondicional ha reforzado la confianza de los talibanes y el nerviosismo del gobierno.
El destino de Afganistán dependeprincipalmente de los talibanes, de Kabul y de su voluntad para ceder, pero también depende considerablemente de Biden. Su administración puede intentar condicionar la retirada militar al progreso de los diálogos. Pero a las partes afganas les tomará tiempo llegar a un acuerdo. Mantener una presencia militar estadounidense en el país mucho más allá de mayo sin enajenar irreparablemente a los talibanes no será tarea fácil. Para complicar aún más la situación, Biden ha expresado su preferencia por mantener varios miles de tropas antiterroristas en Afganistán. Es posible que deba elegir entre eso y un proceso de paz potencialmente exitoso. Ni los talibanes ni los países de la región, cuyo apoyo sería crucial para el éxito de cualquier acuerdo, aceptarán una presencia militar estadounidense indefinida.Una retirada precipitada de EE. UU. podría desestabilizar al gobierno afgano y potencialmente llevar a una guerra civil más amplia y multipartidista. Por el contrario, una presencia prolongada podría llevar a los talibanes a abandonar los diálogos e intensificar sus ataques, provocando una escalada significativa. Cualquiera de los dos escenarios designaría al 2021 como el año en el que Afganistán pierde su mejor oportunidad para lograr la paz en una generación