Parafrasee el siguiente texto: “El fin de toda empresa amorosa, lo mismo si se inclina a lo trágico o a lo cómico, es (…) la composición de la próxima generación" (Schopenhauer, 1818). Es decir, amar para procrear. Schopenhauer estructuró una compleja obra filosófica en la primera mitad del siglo XIX donde afirmó que tras el capricho personal se oculta la voluntad de la especie, una voluntad que se fundamenta en el instinto que solo desea prolongarse, perpetuarse e incluso mejorarse. Aquello que llamamos amor no es sino el instinto natural de la especie que con una fuerza avasalladora nos apremia a relacionarnos sexualmente. Esta idea plantea una verdad incómoda en las sociedades modernas, y es que al universo nada le importarían los pormenores románticos de nuestra condición humana, sino que es la propia especie que fundamentada en el instinto busca desesperadamente estrategias como el amor para no extinguirse. *
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aqui esta
Explicación:
Parafrasee el siguiente escrito: “El fin de toda compañía amorosa, lo mismo si se inclina a lo trágico o a lo cómico, es (…) la estructura de la siguiente generación" (Schopenhauer, 1818). O sea, idolatrar para procrear. Schopenhauer estructuró una compleja obra filosófica en la primera mitad del siglo XIX donde aseguró que tras el capricho personal se esconde la voluntad de la especie, una voluntad que se basa en el instinto que solo quiere prolongarse, perpetuarse e inclusive perfeccionarse. Eso que llamamos amor no es sino el instinto natural de la especie que con una fuerza avasalladora nos apremia a relacionarnos sexualmente. Esta iniciativa expone una verdad incómoda en las comunidades modernas, y es que al cosmos nada le importarían los pormenores románticos de nuestra condición humana, sino que es nuestra especie que fundamentada en el instinto busca desesperadamente tácticas como el amor para no extinguirse. *