para que queremos la educacion en la sociedad
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En cualquier conversación sobre lo mal que está el mundo siempre sale alguien diciendo que, para cambiar de verdad las cosas, la clave es la educación. Y es cierto que esa es una de las herramientas más eficaces para que un Gobierno oriente el desarrollo de una sociedad con visión de largo plazo. Además es uno de esos ámbitos dónde todos tenemos cosas que decir, aunque solo sea por experiencia personal. Por eso, ahora que tenemos al mundo educativo en ascuas por culpa de los recortes presupuestarios, de un controvertido proyecto de ley y de un ministro propenso a provocar polémicas, viene muy a cuento reflexionar sobre qué es y qué debería ser la política educativa.
Para evaluar si una política educativa es, o no, la correcta, habrá que ver si los objetivos son adecuados y si son alcanzables con los medios existentes. Ese proyecto de ley cita básicamente tres. El primero viene a decir que cada persona adquiera los conocimientos y habilidades necesarios para que pueda “acceder a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global”. El segundo que cita es el de facilitar el desarrollo personal de los alumnos. Y el tercero habla de facilitar su integración social. Enunciados así estos objetivos suenan muy razonables. Otra cuestión es cuando se entra en su interpretación y en su aplicación práctica.
Para hacer realidad el primero de ellos necesitaremos crear muchos y buenos investigadores a fin de tener una potente actividad en I+D+i. También hará falta formar muchos emprendedores, capaces de tener buenas ideas, de traducirlas en proyectos viables y de llevarlos a buen fin. Unos y otros habrían de ser la punta de lanza de nuestros avances en materia de competitividad. Será necesario asimismo formar a los escolares para que, en el futuro, sean capaces de reiniciar su vida profesional tantas veces como haga falta y en sectores distintos. Y a estos ejemplos se le podrían agregar otros más.
Pero no hace falta. Con lo que hemos dicho ya uno tiene suficiente como para preguntarse si el sistema educativo que tenemos es, o no, el adecuado. Por ejemplo, los perfiles que hemos citado coinciden en la necesidad de enseñar a dar un enfoque multidisciplinar a los problemas y a sus soluciones, a tener capacidad para integrar múltiples variables, habilidad para buscar los recursos que se necesiten (técnicos, humanos, financieros…), capacidad de organización, confianza en sí mismo, etc., etc. ¿Cuánto de todo esto se enseña en nuestras aulas?
Vayamos ahora al segundo de los objetivos citados: facilitar el desarrollo personal de cada individuo. ¿Qué entienden por “desarrollo personal” nuestras autoridades educativas? El proyecto de ley no dice ni pío. ¿Se estarán refiriendo al desarrollo artístico, al ético-moral… o a otra cosa? ¿Les interesa de verdad este objetivo o lo incluyen solo por que “hay que ponerlo”? Seguramente a los padres les parecerá muy importante, aunque si les preguntásemos qué aspectos deberían configurar este desarrollo personal, quizás sus respuestas fueran bastante divergentes y hasta imprecisas. Algo así como que aprendan a hacer frente a las adversidades, a tener fuerza de voluntad, a pensar y a tener su propio criterio, a ser justos, a ser generosos, alegres, cariñosos y, en la medida de lo posible, a ser felices.
Sorprende que este tema no sea objeto de un apasionado debate público en el que todas las fuerzas vivas con alguna responsabilidad en la educación, empezando por las propias autoridades educativas, tratasen de aclarar en qué debería consistir ese desarrollo personal y cómo progresar en su logro desde un trabajo en las aulas, qué aspectos conciernen a los padres, qué coordinación debería haber entre éstos y los profesores, qué papel debería tener el Gobierno, etc. Un debate de esta naturaleza debería reunir a un amplio espectro de especialistas, desde pedagogos y psicólogos hasta neurólogos, pediatras y biólogos, pasando por filósofos, sociólogos y economistas, además de los padres, para identificar aquellos aspectos en los que el ser humano puede ampliar sus capacidades actuales, así como las formas de conseguirlo.
Respecto al tercero de los objetivos citados, no cabe duda de que una buena integración social es deseable y que depende mucho del trabajo que se haga en la escuela. Lo difícil es ponerse de acuerdo en qué tipo de integración social es la que conviene. Porque una cosa es promover la solidaridad o el respeto a los diferentes, por poner algún ejemplo, y otra muy distinta es el adoctrinamiento y la uniformización ideológica. Cuando vemos cómo se utilizan la Historia o la Lengua para crear un sentimiento de identidad nacional, o la controvertida asignatura de Ciudadanía para imprimir determinados valores políticos o sociales, es difícil no pensar que es por éste motivo, precisamente, por el que los Gobiernos quieren controlar tan de cerca la educación.
Respuesta:
la educacion es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas y sociedades, y todo aquellos como los valores