Para qué los españoles evangelizaban a la población indígena al interior de la sociedad colonial?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El proceso colonial que vivió América con la llegada de los conquistadores y
de los misioneros, estuvo caracterizado por la articulación de las acciones de
conversión espiritual y la inserción a un modelo productivo y económico diferente al
propio de la población indígena, como dos frentes claves para su colonización. En
este artículo analizamos la forma en la que ese proceso de conversión religioso
estuvo fundamentado en diferente tipos de violencias hacia las comunidades
indígenas, puntualmente la comunidad indígena Camentsá del Valle de Sibundoy,
y cómo dichas violencias evidenciaron la “sin razón” del proceso civilizatorio que se
impuso desde Occidente.
También intentamos visibilizar bajo la categoría de encubrimiento, cómo las
comunidades indígenas resistieron y conservaron muchos de sus referentes étnicos
y culturales a través del tiempo. Si bien este artículo hace parte de una investigación
histórica, también hemos retomado herramientas del método etnográfico, por lo que
a lo largo del artículo se encuentran varias referencias a fuentes orales, producto de
dos años de trabajo de campo con la comunidad indígena Camentsá, a través de
entrevistas en profundidad y observación participante en diferentes acontecimientos
de importancia para esta, como son los rituales de yagé y el carnaval del perdón
que celebran anualmente.
La conquista del Valle de Sibundoy en el departamento del Putumayo
Colombia, así como de las otras regiones de Suramérica, bajo la acción en muchas
ocasiones improvisadas de los soldados españoles, estuvo claramente
fundamentada en la necesidad de expansión de un continente en decadencia. Este
fundamento que daría pie a diferentes tipos de violencia, estuvo velado por un
discurso europeo de expandir la buena nueva de la civilización y la fe cristiana a los
territorios del mundo a donde más fuera posible.
La descripción tradicional de la evolución cultural de la humanidad incluía su
paso por tres estadios: salvajismo, barbarie y civilización. El predominio europeo
desde la era de los descubrimientos (siglo XV descubrimiento de América), pero
sobre todo desde la Revolución Industrial (siglo XVIII) y el reparto colonial de África
(siglo XIX), parecía hacer evidente para los contemporáneos la supremacía de todas
las particulares formas de organización europeas: fueran económicas, sociales,
políticas, incluso sus creencias y su raza (misionerismo y racismo). Desde ese punto
de vista, el concepto ilustrado de civilización universal pasa a imponerse como un
esquema particular al que todas las partes del mundo deben amoldarse por su
propio bien bajo la protección de lo que se bautiza como civilización occidental. A
través del relativismo cultural que se hace científico con la antropología moderna
va a ampliarse al concepto de civilización y empieza a usarse en plural, para definir
a cada una de las organizaciones humanas, vinculadas a una forma de entender la
vida, más allá incluso del concepto de religión o de cultura.
La perspectiva histórica utilizada para clasificar a una civilización (más que a
un país) como una unidad es de origen relativamente reciente. A partir de la edad
media, la mayor parte de los historiadores adoptaron un punto de vista religioso o
nacional. El punto de vista religioso prevaleció hasta el siglo XVIII entre los
historiadores europeos, que consideraban la revelación cristiana como el suceso
histórico más importante, tomándolo como referencia para su clasificación. Los
primeros historiadores europeos no estudiaron otras culturas más que como
curiosidades o como áreas potenciales de actividad misionera. El punto de vista
nacional, a diferencia del religioso, se desarrolló a principios del siglo XVI a partir de
la filosofía política del estadista e historiador italiano Nicolás Maquiavelo, quien
sostenía que el objeto adecuado de estudio histórico era el Estado. El español
Francisco de Vitoria, fundador del Derecho internacional, abordó el tema de los
derechos de la corona de España en la conquista de América. Sin embargo, los
múltiples historiadores que más tarde realizaron la crónica de los estados
nacionales de Europa y América sólo estudiaron las sociedades al margen de la
cultura europea, para describir su sumisión a las potencias europeas, a su entender
más progresistas.
Respuesta:
El proceso colonial que vivió América con la llegada de los conquistadores y propio de la población indígena, como dos frentes claves para su colonización. En para transformarlo en un ser útil a la sociedad.