Para que haya corrupción cuántas personas se necesitan o puede haber corrupción de una sola persona?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En el año 2000 se publicó un experimento social de laboratorio realizado en una universidad alemana. Un billete de 200 marcos (el equivalente a unos 100 euros) ha caído por el tubo del desagüe en las instalaciones de una sala de proyecciones. A cada uno de los sujetos del experimento se les pone en el escenario de llamar a un fontanero para recuperarlo, pagar a este por sus servicios y entregar el resto del dinero a su propietario.
Cada sujeto dispone de hasta diez ofertas de fontaneros a los que contratar, con tarifas de entre 20 y 200 marcos, de modo que cuanto más cara es la tarifa también hay una cantidad mayor como soborno. En esta tesitura, cada sujeto del experimento puede elegir en aras del interés del dueño del dinero o tomar la decisión de aceptar alguno de los presupuestos más caros, pagar al fontanero por sus servicios -solo el sujeto sabrá cuánto le han cobrado, así que no hay posibilidad de ser descubiertos- y quedarse una parte del dinero.
El resultado, demoledor para la ética. Solo el 12% de los sujetos se comportaron de manera perfectamente honesta; el 28% tomó el soborno máximo que permitían las ofertas, y la cantidad media de la que se apropió el 88% de los individuos corruptos fue de 85 marcos (unos 42 euros).
¿Corruptos por naturaleza?
“El ser humano es un animal con una tendencia biológica a la corrupción”, sostiene sin ambages Luis Fernández, profesor de psicología en la Universidad de Santiago de Compostela y autor del libro Psicología de la corrupción y los corruptos, “con tendencia a lo que llamaríamos ser un free-rider, o un gorrón, a aprovecharse del sudor de los demás”, y, llegado el extremo, “a aprovechar cualquier cargo en beneficio propio”.