Osiris era adorado fuera de Egipto?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Osiris es un dios y rey mítico del Antiguo Egipto. Según la mitología egipcia fue el inventor de la agricultura y la religión y su reinado fue beneficioso y civilizador. Murió ahogado en el Nilo, asesinado en una conspiración organizada por Seth, su hermano menor. A pesar del desmembramiento de su cuerpo, fue devuelto a la vida por el poder mágico de sus hermanas Isis y Neftis. El martirio de Osiris le valió para conquistar el mundo del más allá, donde se convirtió en juez soberano y supremo de las leyes del Maat.
Durante el Imperio Medio de Egipto la ciudad de Abidos se convirtió en la ciudad del dios Osiris, atrayendo a muchos fieles en busca de la eternidad. La popularidad de esta ciudad se basaba en sus fiestas de Año Nuevo y en la posesión de una reliquia sagrada, la cabeza del dios.
Durante el primer milenio a. C. mantuvo su condición de dios funerario y juez de las almas. Sin embargo, su asociación a las crecidas del Nilo y, por ello, como dios de la fertilidad, adquirieron protagonismo, aumentando así su popularidad entre la población nilótica.
Explicación:
Respuesta:
Dentro de la mitología egipcia existe una gran cantidad de prácticas, presencias y muchos dioses (politeísmo)que influyeron en la vida de los egipcios. En ocasiones, los recordamos hasta nuestros tiempos, como lo es el caso de Osiris que llegó a destacarse por todo lo que realizó durante su vida. Se encargó de cuidar y enseñar al pueblo en muchas labores y después de su muerte según la mitología desempeñó un papel muy importante.
¿Quién fue Osiris?
Fue uno de los tantos dioses que los egipcios adoraron. Osiris era el dios de los muertos, resurrección y agricultura, al mismo tiempo simbolizaba la fertilidad y la regeneración del río Nilo. Se ganó la aprobación del pueblo por ser quien les enseñó a trabajar la tierra, adorar a otros dioses y a respetar las leyes.
Otra de sus funciones fue presidir el tribunal del juicio de los muertos. Según la mitología egipcia, era el encargado de decidir el destino de los muertos, es decir, si obtendrían vida eterna o serían devorados. Esto lo determinaba de acuerdo a la conducta que la persona había tenido en vida.
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