origen se la creación según la mitología china
Respuestas a la pregunta
En todo el Extremo Oriente y Oceanía, existía un dualismo cosmológico oponiéndose dos principios, por una parte la luz, el sol y el fuego, por otra parte la oscuridad, la luna y el agua. Generalmente, un pájaro representaba al primer principio. En China, se trataba de un cuervo. El pájaro solar es uno de los temas privilegiados de la dinastía Shang, la primera dinastía china cuya existencia se certifica por medio de la arqueología. Una serpiente, como un animal acuático, representaba al segundo principio. La madre de Shun, uno de los soberanos míticos de China, pertenecía al clan de la serpiente, y su padre pertenecía al clan del pájaro. Por lo tanto, Shun era resultante de la unión de los dos principios. Este mito ilustra también el totemismo de la antigua sociedad china, según el cual cada clan tenía un animal antepasado, así como la exogamia, que exigía que los esposos fueran provenientes de clanes diferentes.
Xiè era el antepasado de Shang y su madre se llamaba Jiandi. Un día, fue a bañarse con sus sirvientes en el río de la colina oscura. Un pájaro negro (probablemente una golondrina o un cuervo) pasó llevando un huevo multicolor en su pico. Lo dejó caer. Jiandi lo tomó y lo puso en su boca, pero lo tragó por descuido. Tras esto, concibió a Xie. En este relato, se trata de una forma particular de la unión de los dos principios cósmicos, puesto que este mito hace intervenir por una parte al agua y a la oscuridad, y por otra parte un pájaro.
Shangdi, aparece en la literatura hacia el 700 a. C. o antes (la fecha depende de la datación del Shujing, el "Clásico de la Historia"). Shangdi parece tener los atributos de una persona, pero no se le identifica como creador hasta la dinastía Han.
La aparición de Tian, el Cielo, en la literatura presenta el mismo problema que Shangdi, dependiendo también de la fecha del Shujing. Las cualidades del Cielo y de Shangdi parecen unirse en la literatura posterior hasta ser adorados como una sola entidad , por ejemplo en el Templo del Cielo de Pekín. La identificación de los límites entre uno y otro, todavía no ha sido resuelta.
Nüwa aparece en torno al año 350 a. C. Su compañero es Fuxi y a veces se los adora como los ancestros últimos de la humanidad.
Pangu aparece en la literatura no antes del año 200 de nuestra era. Fue el primer creador. Al comienzo sólo había un caos sin forma del que surgió un huevo de 18.000 años. Cuando las fuerzas yin y yang estaban equilibradas, Pangu salió del huevo y tomó la tarea de crear el mundo. Dividió el yin y el yang con su hacha. El yin, pesado, se hundió para formar la tierra, mientras que el Yang se elevó para formar los cielos. Pangu permaneció entre ambos elevando el cielo durante 18.000 años, tras los cuales descansó. De su respiración surgió el viento, de su voz el trueno, del ojo izquierdo el sol y del derecho la luna. Su cuerpo se transformó en las montañas, su sangre en los ríos, sus músculos en las tierra fértiles, el vello de su cara en las estrellas y la Vía Láctea. Su pelo dio origen a los bosques, sus huesos a los minerales de valor, la médula a los diamantes sagrados. Su sudor cayó en forma de lluvia y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo (pulgas en algunas versiones), llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos.
El Emperador de Jade, aparece en la literatura después del establecimiento del taoísmo. También se le representa como Yuanshi Tianzun o como Huangtian Shangdi.
Cuenta una antigua leyenda china que en el comienzo de todo lo que existe; cuando el tiempo aún no era tiempo y las tinieblas y el caos
gobernaban el universo; en esa infinita oscuridad que tenía forma de huevo negro, nació Pangu.
Pangu, se incubaba dentro del huevo, alimentándose de él y descansando dentro de él.
Llegó el momento en que finalmente despertó y ya como un gigante; al estirarse rompió la cáscara del huevo donde había estado encerrado.
La parte clara del huevo, luminosa, ascendió y formó los cielos (YANG), la materia fría y turbia permaneció debajo para formar la tierra (YIN).
Pangu se quedó en el medio, con su cabeza tocando el cielo y sus pies sobre la tierra.
Sorprendido y emocionado, Pangu se encontraba en un nuevo hábitat, lleno de luz y espacio para ponerse en pie, en un hábitat libre.
Sin embargo algo empezó a preocuparlo, y era la idea de que cielo y tierra volvieran a unirse como solían hacerlo y él quedase atrapado
nuevamente en el huevo. Fue así que se colocó entre ambos, sosteniéndolas con su cabeza y sus pies por unos largos 18 mil años. Durante
todo ese tiempo, Pangu continuó creciendo, por lo que sin darse cuenta, iba separando más y más las dos partes, hasta que un día sintió
que la distancia entre ambos era la adecuada para que no volvieran a unirse.
En ese momento, cayó rendido por el cansancio, sumiéndose en un sueño profundo del que nunca despertó.
De su cuerpo fueron originándose los elementos de la naturaleza: su cabello dio vida a las estrellas y la Vía Láctea; de su ojo izquierdo nació
el Sol y de su ojo derecho, la Luna mientras que de su voz, el trueno y el relámpago; de su aliento se originaron el viento y las nubes; el
tronco y las cuatro extremidades se transformaron en los cuatro puntos cardinales y las montañas; del resto de su carne nacieron los árboles
y el sueño, mientras que de su piel y los vellos del cuerpo nacieron las hierbas y las flores.
Su sangre se convirtió en ríos y sus venas los caminos por donde éstos corrían; los metales y las piedras surgieron de los dientes y los
huesos.
Su medula se transformó en jade y en perlas;su sudor se convirtió en rocío y finalmente, los parásitos de su cuerpo se transformaron en
hombres y mujeres dando origen así a la raza humana.
En otras versiones del mito de Pangu, sus lágrimas fluyeron para convertirse en ríos y el resplandor de sus ojos se transformó en el trueno y
el relámpago. Según esta interpretación, cuando Pangu estaba contento brillaba el sol, pero cuando estaba enfadado negras nubes cubrían
el cielo.
Y es así como se creó el universo, a partir del gigante Pangu.