Castellano, pregunta formulada por fstiven0707, hace 2 meses

ORDENAMIENTO DE PÁRRAFOS EN ORDEN CRONOLÓGICO
A continuación, te presento una crónica alpinista donde se relata una de las ascensiones más históricas al
Nanga Parbat, la protagonizada por Hermann Buhl en 1953, cuyos párrafos están desordenados. Tu tarea será
ordenarlos para que cumpla con este requisito básico del ordenamiento temporal y puedas reconstruir el
sentido de la narración. A la izquierda de los números, escribe el orden en que se deben ubicar los párrafos,
usando números también, es decir, escribe el 1 frente al número de párrafo que consideras que va primero y
así sucesivamente.
PÁRRAFOS HERMANN BUHL: UN HOMBRE Y UNA MONTAÑA
1- A las dos de la tarde alcanza la depresión entre la antecima y la cumbre principal, a 7.820 metros. La sed y el hambre le
«atormentan». Recurre al Pervitin e «indeciso » se toma dos tabletas para afrontar las últimas dificultades técnicas. Una
tras otra las va superando mientras pasan las horas. Su objetivo no va más allá de los diez o veinte metros» que alcanza
su vista; cada dos por tres se desploma agotado.
2- Al poco de iniciar el descenso pierde un crampón. Busca un lugar para pasar la noche. Apenas encuentra una pequeña
repisa donde no se puede ni sentar. Cuando amanece retoma el descenso. Entonces Buhl tiene «una sensación extraña.
¿Ya no estoy solo! Hay un compañero que me protege, observa, asegura. Sé que es un dislate pero la sensación
persiste...». Una sensación de compañía que muchos otros escaladores, incluido Messner, han experimentado en
situaciones límite y que les ha ayudado a sobrevivir.
3- En 1953, por enésima vez, el alpinismo alemán fija sus ojos en el Nanga Parbat. Como jefe de expedición figura el doctor
Karl Herrligkoffer, un controvertido personaje. Frente a la rigidez cuasi militar y la inexperiencia en la montaña de
Herrligkoffer se sitúa el mejor hombre de su equipo, Hermann Buhl, un austriaco, de 29 años, considerado como uno de
los escaladores más destacados de Europa y especializado en escaladas de velocidad y en solitario.
4- La escalada se hace cada vez más exigente y el cansancio empieza a hacer mella. Amanece y, en un hueco en la nieve,
decide dejar la mochila, confiado en estar de vuelta por la tarde... Continúa sólo con la cantimplora llena de infusión de
coca, un puñado de pildoras de Pervitina (anfetaminas), el piolet, los bastones y la cámara. 5- Pasado el mediodía recupera la mochila. Vacía. La sed le quema, la lengua se le pega al paladar, tiene la garganta
agrietada, echa espuma por la boca. Cae, se queda dormido, pierde la noción del tiempo. Sabe que otra al raso no
sobrevivirá. Recurre de nuevo al Pervitin. Convertido en un despojo humano, y sólo espoleado por la droga, sigue bajando
hasta alcanzar, por fin y 41 horas después de haber salido de allí, el campamento V, donde sus compañeros le daban por
muerto.
6- Aún quedaría un penoso descenso por los casi desmantelados campos de altura hasta el campo base y el mal
tratamiento de sus congelaciones, que le costarían dos dedos de los pies... Cuatro años después aún protagonizaría otra
de las páginas más bellas del himalayismo, al lograr la primera ascensión al Broad Peak con Kurt Diemberger. Días después
intentan en alpino, el cercano Chogolisa (7.654 m.), donde desaparece al fallar una cornisa en medio de la tormenta.
7- «Con indecible esfuerzo me arrastro a lo largo de una cresta horizontal. Aquí no impera ya más que el espíritu; el
espíritu, que no piensa en otra cosa que en subir. El cuerpo hace ya mucho que no puede más... No puedo tenerme en pie,
no soy más que una ruina. Avanzo a gatas, cada vez más próximo el peñasco al que con temerosa expectación ansio llegar.
¿Qué hay más allá? Me llevo una grata sorpresa... Piso el punto más alto de esta montaña, la cumbre del Nanga Parbat...
Son las siete de la tarde»,
8- Tras un mes de trabajo, el grupo no ha alcanzado más que el campo IV, a 6.150 metros. Es finales de junio y los partes
confirman la proximidad del monzón, así que Herrligkoffer ordena la retirada. Pero cuatro de los alpinistas no hacen caso,
entre ellos Hermann Buhl, a los que el aviso les ha cogido en el C-IV. El 30 de junio el tiempo mejora y el 2 de julio instalan
el campo V en la arista este, a 6.900 metros de altitud. Esa noche, deciden, Kempter y Buhl saldrán hacia la cumbre. Pero a
las dos de la madrugada, la hora prevista, sólo se despierta Buhl quien, resuelto, parte en solitario.​

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Contestado por mariestefa3648
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