Oraciones para dictado : Palabrascon sílabas cerradas
Respuestas a la pregunta
En la clase de Geografía, estudiamos sobre la cultura de dos países africanos: Burundi y Yibuti.
Mi abuela Tita siempre repetía la misma frase: “Nadie te enseña a vivir”.
El salón donde hago yoga tiene una gigantografía con un yin y un yang.
Me sorprendió la ilustración de Esteban: había dibujado un pequeño pingüino al costado de un iglú.
Siempre me identifiqué con el personaje de Jim Carrey en The Truman Show, en cuanto a escaparme de la ciudad para conocer las Islas Fiyi.
Otra vez nos quedamos sin velas y se cortó la luz.
En aquella academia, dan cursos para instruir a la gente en el arte del kung-fu.
Mi prima Olivia está estudiando Astrología y me dijo el horóscopo de lo que les pasará este mes a las personas bajo el signo de piscis.
Sin picante, el chili no tendría sentido.
¡Qué difícil es explicarte algo a ti!
Siempre olvido el pin de mi cuenta bancaria, debería imprimirlo en un papel y tenerlo a mano.
Señores, ya se pueden dirigir al despacho de la señora jueza.
Es imposible discutir algo con Nadia sin que me gane la discusión.
Este semestre, los alumnos se deben inscribir a las materias de forma online.
Desde que ingresó a la escuela, Martina no para de infringir todas las reglas.
Santiago es mi gurú, mi guía espiritual en esta vida terrenal.
Tras el bullir del agua, poner sal y colocar la pasta seca.
Me compré un sofá símil cuero para la sala de estar.
Esta vez creo que no podré cumplir con la promesa de ir a verte al recital.
Se mudó a un monoambiente que es un verdadero cuchitril.
Las ostras son uno de los alimentos con mayor cantidad de zinc.
Lo encontré de casualidad en una de las excursiones que realizamos en el sur.
Ya se acerca la primavera y mi grupo de amigos quiere hacer un picnic en el parque.
Sí, claro que cuentas conmigo.
No le voy a insistir más: si no quiere que lo acompañe, que vaya solo.
Para llegar a la planta superior, debe ir hasta el séptimo y subir un piso por escalera.
Solía gustarme mucho el sushi de surimi, pero ahora solo como el de salmón.
Subí por la escalera y llegué a la terraza.
Vi de lejos cómo flameaba la crin de Estrellita, mi yegua de la infancia.
Adela aún no sabe cómo va a cubrir la cuota del colegio de los chicos.