Castellano, pregunta formulada por eacostagar, hace 8 meses

oraciones con la palabra obolo

Respuestas a la pregunta

Contestado por gertrudismendezosasu
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Respuesta:

Leamas cogió el óbolo y la tira de papel.

El hombre aceptó el óbolo con un rápido movimiento, asintiendo casi imperceptiblemente hacia la derecha.

Aquella mañana, antes de ir a la academia, antes de darles a los cojos el óbolo que tranquilizaba mi conciencia: una urgente llamada telefónica.

Este, después de ser juzgado por Minos, Eaco y Radamanto, debía cruzar el río Estigia en la barca del viejo Caronte con un óbolo en la boca, en un viaje hasta un tormento sin fin.

Pensé en el óbolo de Caronte; en el óbolo que pidió Belisario; en los treinta dineros de Judas; en las dracmas de la cortesana Laís; en la antigua moneda que ofreció uno de los durmientes de Éfeso; en las claras monedas del.

No eran ya monedas, sino el óbolo necesario para que el dios Caronte permitiera a las almas de aquellos hombres cruzar el río Aqueronte en las entrañas de la tierra, para que de esa forma todos y cada uno de aquellos oficiales no quedaran sin culminar el tránsito entra la vida y la muerte, entre el reino de los vivos y el palacio del Hades en el Elíseo del inframundo.

Jamás había visto tan grande y variopinta multitud: mercaderes, clérigos, estudiantes, hidalgos, lacayos, corchetes, lechuzas de medio ojo153, soldados, tapadas con dueña y sobre todo mendigos, una cantidad ingente de menesterosos tullidos, algunos de ellos viejos soldados con la tablilla de cuero sujeta al cuello en la que se podía leer la causa de su invalidez y el suceso más o menos glorioso que la había motivado, que invadían la calle tironeando insolentemente de las ropas de las transeúntes exigiendo altaneros154, más que pidiendo, el óbolo o la limosna; unos lo hacían siguiendo, con la mano extendida, el paso de las carrozas, y hasta en según qué ocasiones atreviéndose a encaramarse en los estribos de las mismas pese a algún que otro latigazo del postillón, y otros, cual si tuvieran puesta la parada lo demandaban desde el suelo, mostrando sus llagas purulentas y sus muñones a modo de trofeos gloriosos.

Contestado por iamandre
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Respuesta:

El hombre aceptó el óbolo con un rápido movimiento, asintiendo casi imperceptiblemente hacia la derecha.

Cogió el óbolo y la tira de papel.

La moneda de los griegos era el óbolo

Ayer di un óbolo a la iglesia.

Espero te sirvan :)

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