oración con Plácido
Respuestas a la pregunta
repuesta:Mi perro es juguetón
Respuesta: Aquí tienes unas oraciones con plácido
y del arroyo el plácido murmullo;.
Así que conoció á Plácido, sedetuvo.
Eso no quiere decir que todo sea plácido.
Les llamaba el interior plácido de su país.
La niña dormía en su cama con gesto plácido.
Era más bien un ensueño plácido, en el que su.
que corre por la mesa adelante con plácido murmurio.
El cieloseguía tan plácido y sereno como antes, y en.
Una expresión de enfado cruzó las facciones de Plácido.
El barco vivienda flotaba, sereno y plácido, en el estuario.
Sólo se oía el plácido chisporroteo del fuego en el hogar.
Dormí el plácido sueño de la tarde bajo las parras de una.
Un plácido calor emergió de su estómago, secando la humedad.
El plácido paseo los condujo al fin frente a la casa del judío.
–Pero la situación es conocida… -intentó consolarse Plácido.
Pero Plácido no contaba con lo que le esperaba en casa delplatero.
Plácido limpió cuidadosamente el borde de la copa con el de la manga.
Únicamente el crepitar de un fuego cercano rompía el pl ácido silencio.
Hasta Yarkoni, habitualmente tan plácido, tenía los ojos fijos en el suelo.
De repente irguió la cabeza y el ambiente dejó de ser plácido entre los dos.
Ni con rumor, ni con miradas, turbaban el silencio plácido de la sala de estudio.
Algunos se quedaron en la hierba pisoteada, reacios a abandonar ese plácido canal.
Había conocido a Plácido en una aciaga Nochebuena delante de la cárcel de Sevilla.
En los peldaños inferiores del escalafón administrativo, Plácido también lo era-.
Más allá del jardín se veía el mar, tan suave y plácido como un pavo real de seda.
Plácido seguía el paseo de Magallanes para entrar porla brecha—antes puerta—de Sto.
Plácido tenía que decirle muchas cosas, y entrecortaba su rezo para irlas desembuchando.
Contempló el plácido cielo y la tormenta que, a sus espaldas, desaparecía sobre el lago.
—Bien —añadió Ashley—, ahora solo me queda desearles que gocen de un plácido sueño.
El plácido semblante de Campos se enrojeció todo por la congestión que determinaba la ira.
Hasta el gato negro, inmerso en un plácido sueño, parecía haberlos abandonado por completo.
Pensé que un paseo por la playa, recogiendo el plácido sol poniente, me haría el mayor bien.
Plácido recordó el caso de un estudiante que ganabacursos regalando canarios, y dió tres pesos.