Opinión y reflexión de las votaciones.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
espero este bien y aya servido de algo
Explicación:
Podría decirse que a lo largo del día tomamos constantemente pequeñas decisiones tras valorar -no siempre conscientemente- los pros y los contras. Hoy es el día de una reflexión programada. Es probable que alguien se siente en el sofá, cierre los ojos y, al cabo de un rato, diga: «Ya lo tengo». Pero lo dudo. Ese día debería cambiar de nombre. No debería llamarse de la reflexión, sino del silencio. Esto es lo que esperan los políticos, que necesitan descansar un poco, y también lo que esperan los ciudadanos, saturados de discursos aburridamente repetidos.
Yo convertí ayer, sábado, en mi día de reflexión. No para llegar a una decisión de voto y hoy dársela a conocer a ustedes. Sería una abusiva falta de respeto a la diversidad de opiniones que debe de haber entre los lectores. La reflexión se ha centrado en otro punto, que nada tiene que ver con el hecho de votar. Se trata de los debates, mesas redondas y entrevistas que se han emitido por televisión. Me refiero a las que yo he visto.
La actuación de algunos candidatos no es suficientemente correcta. Confunden explicarse con ametrallar. Hablan a presión, como si la cantidad de palabras estimulara la cantidad de votos. Pero lo que querría señalar aquí es una cierta pasividad por parte de algunos periodistas que dirigen la entrevista o el debate. Hablo especialmente de los momentos en que, en una entrevista, el periodista formula una pregunta concreta y el entrevistado no le hace caso y sigue hablando de lo suyo.
Recuerdo que cuando Mònica Terribas hacía entrevistas, si quien recibía su pregunta hacía como si no la oyera, y continuaba con el discurso que le interesaba, la periodista lo dejaba hablar, respetuosamente, pero al terminar el invitado, la periodista le decía, si era necesario con una media sonrisa pero decididamente: «Perdone, pero usted todavía no me ha respondido a la pregunta».
Los periodistas no pueden estar al servicio de los intereses de los visitantes del plató. Necesitamos que los periodistas ejerzan su autoridad; una autoridad educativa.
Respuesta:
Podría decirse que a lo largo del día tomamos constantemente pequeñas decisiones tras valorar -no siempre conscientemente- los pros y los contras. Hoy es el día de una reflexión programada. Es probable que alguien se siente en el sofá, cierre los ojos y, al cabo de un rato, diga: «Ya lo tengo». Pero lo dudo. Ese día debería cambiar de nombre. No debería llamarse de la reflexión, sino del silencio. Esto es lo que esperan los políticos, que necesitan descansar un poco, y también lo que esperan los ciudadanos, saturados de discursos aburridamente repetidos.