opinión de 100 palabras acerca de la postura que da platón en la república
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INTRODUCCIÓN POR MANUEL FERNANDEZ-GALIANO
LA GÉNESIS DE «LA REPÚBLICA»
1. El título de la obra
El título con que se conoce este tratado no corresponde al original
griego de Politeía que aparece en Aristóteles: la traducción exacta de
éste sería «régimen o gobierno de la polis (o ciudad-estado)»; pero, a
través del latín Res publica, que tiene también este último sentido y fue
empleado por Cicerón para rotular su obra sobre el mismo tema, ha
sido vertido con ese término al castellano. Ello tiene el inconveniente
de falsear la mente del autor en la misma portada del libro y sugerir
inadecuadas representaciones en los muchos que no tienen de él otra
noticia que la de su nombre. Con todo, no se ha creído procedente
cambiarlo, porque el título tradicional de una obra es signo general de
su reconocimiento y pertenece ya más al público que al traductor.
El segundo título, agregado por Trasilo, astrólogo del emperador
Tiberio, reza «acerca de la justicia» ; y en efec to, con una discusión
sobre la justicia empieza el tratado. En esa discusión, como en
cualquier otra que trate de precisar un concepto, es indispensable que
esté presente en la mente de los que discuten la representación de un
objeto común cuya naturaleza se investiga; este objeto es aquí «el
principio de la vida social», esto es, el vínculo que liga a los individuos
y forma el Estado. De este modo uno y otro título se reducen al mismo
asunto; no obstante, por derivaciones posteriores la reducción no es
total y esto engendra un dualismo de temas que es uno de los más
señalados caracteres de la obra.
2. La polis o ciudad -estado
La polis fue la unidad social última del antiguo mundo griego: el
nombre, como aún nos recuerda Tucídides (II 15, 3), designó
primeramente la fortaleza construida en lo alto de la montaña o la
colina y se extendió después al conjunto de lo edificado al pie de ella
(ásty). A tal centro de población vinieron a someterse a incorporarse
después las aldeas circunvecinas. El vínculo original de los que constituyeron la polis debió de ser tribal, de sangre o parentesco, referido a
un héroe ancestral, y efectivamente en todas partes quedaron
instituciones y usos conformados con ese origen. Pero, en Atenas y en
otros sitios, al correr del tiempo y sus azares, sintieron los ciudadanos
la comunidad de habitación y de vida como rasgo capital de su unión.
La estructura de la polis o ciudad-estado se vio favorecida por la
disposición del territorio helénico, que cor dilleras y golfos distribuían
en pequeñas comarcas, y por la grata y sencilla creencia, recogida por
Aristóteles, Pol. 1326b 14-17, de que la comunidad política exige el
conocimiento mutuo de todos sus miembros, sobrevive al imperio
macedónico y a la constitución del romano y llega hasta el siglo II de
nuestra era para resucitar en gran parte durante la Edad Media y
alcanzar el umbral de la época contemporánea.
La diferencia entre la polis y el Estado o nación actual es
fundamentalmente cuantitativa, no cualitativa. De ahí el interés