OPCIÓN B
Responda al tema La creación del estado franquista. Fundamentos ideológicos y apoyos sociales
(1939-1975), y analice y justifique la relación con el mismo de los siguientes documentos:
Documento 1:
“Un tercer sistema, que es el que nace de la moral cristiana, de la historia y tradición de los pueblos, o
sea, el régimen que nosotros hemos establecido. En él desaparece el Estado indiferente ante las luchas
de los hombres, en él desaparece la opresión y la explotación del hombre por el hombre; el Estado
organiza la sociedad con sus instituciones naturales; el Estado encuadra a los españoles en las
instituciones clásicas y seculares: los municipios, que nos dejaron los romanos y sobreviven después de
veintiséis siglos como institución natural y asociación lógica de los hombres; la familia, que constituye la
organización humana y primera del individuo y, por último, el sindicato, que en este mundo de
complejidad de industrias y de intereses, es el que asocia a los españoles en un interés común”.
Discurso de Francisco Franco pronunciado en Huelva, abril de 1943
Prueba de Selectividad, Andalucia, Septiembre 2013-2014, HISTORIA DE ESPANA
Respuestas a la pregunta
Para contextualizar, históricamente, la agricultura fue la actividad económica de mayor importancia para España desde sus principios como nación, debido al inmenso volumen de españoles que se dedicaban a ella; no obstante, hasta el siglo XIX experimentó una constante situación de atraso tecnológico, en relación con la la agricultura desarrollada en los países competidores. Esta coyuntura se debía a la incorrecta distribución de las tierras y a la ausencia de innovaciones tecnológicas, dos factores que se conjuntaban y derivan en un bajo rendimiento de producción. Cuando en el territorio español intentó implementarse el liberalismo, España mantenía una estructura agraria heredada del Antiguo Régimen, la cual arrastraba consigo distintos factores negativos.
Escasa productividad y desarrollo tecnológico: el bajo poder adquisitivo de los miles de minifundistas españoles imposibilitaba que pudieran empezar a implementar nuevas tecnologías en la operación del terreno, por un lado, y los poseedores de grandes terrenos, al ser arrendatarios, no estaban interesados en las mejoras en las condiciones en la que se trabajaba la tierra, por el otro. De tal modo, incluso para el siglo XIX, el arado romano y el barbecho eran las técnicas comunes.
Estructura de propiedad: la distribución tradicional de las tierras en latifundios y minifundios impedía la existencia de terrenos de explotación medios más productivos. Además existían muchos terrenos vinculados a la nobleza, a las iglesias y a las administraciones municipales que eran considerados amortizados, por el hecho de que no pagaban impuestos y eran explotadas con técnicas arcaicas e improductivas.Poca proyección:no obstante la inmensa cantidad de personas que se dedicaban a la agricultura en España, el campo no proyectaba ningún progreso próximo.Por todas estas razones, en conjunto con otros factores históricos, los políticos liberales del siglo XIX, después de que muchas posturas ilustradas durante el siglo XVIII apuntaran a lo mismo, empezaron a impulsar un proceso de reforma para restituir los terrenos ocioso o amortizados, con el objetivo de aumentar la producción agrícola para mejorar la economía.
Así, desde 1808 hasta 1856 se llevaron a cabo diversos intentos por desamortizar las tierras españolas llevados a cabo por diversos regentes del gobierno español, pero los esfuerzos más importantes fueron los llevados a cabo por Juan Álvarez Mendizábal, ministro regente de María Cristina de Borbón, el impulsor de la gaceta del primer documento expedido en 1936.Esta decisión tuvo aspectos económicos y sociales interesantes para lo historia de España, debido a que, al encomendarse la división de los lotes de terreno a las municipalidades, éstas se aprovecharon de su poder para hacer manipulaciones y configurar grandes lotes inasequibles a los pequeños propietarios pero pagables, en cambio, por los oligarcas españoles. Asimismo, debido a que la mayoría de las tierras expropiadas eran propiedades eclesiásticas, la iglesia procedió a excomulgar a los expropiadores y a los compradores de los terrenos, razón por la cual muchos oligarcas no se atrevieron a realizar compras directas, sino que fueron canceladas a través de testaferros.