Castellano, pregunta formulada por willy2003, hace 1 año

Olimpiadas en la luna en la estructura del cuento

Respuestas a la pregunta

Contestado por velascoesteban9er
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Yo, junto con mis amigos, siempre jugamos a la tarde al fútbol en la cancha de mi esquina en el barrio de Avellaneda, por unas dos horas de fuerte entrenamiento, porque todos los sábados tenemos partido de campeonato contra equipos difíciles, porque estamos en la segunda división, hoy era viernes, un día tranquilo, sin gente en las demás canchas. Se estaba nublando cada vez más, hasta que de repente empezó a llover con poca intensidad. Con mis amigos nos arreglamos en irnos a nuestras casas, esta vez practicamos nada más que una hora.
Como siempre, hice el mismo ritual de todos los días, llegué a casa a las siete en punto, me bañé, comí con mi familia, me lavé los dientes, salí a tomar aire afuera de la casa, y entré nuevamente en mi casa para acostarme y dormirme.
Ya era la mañana, la hora estaba llegando: jugar el último partido del campeonato, contra el primero que tiene 61 puntos, contra mi equipo con 59 puntos.
Salimos en auto para Comodoro Rivadavia ya haciendose de noche, para jugar el partido más esperado del campeonato, hasta que después de 40 minutos de viaje, llegamos.
Ya estaba el árbitro, los jugadores del equipo rival y mis compañeros.
El árbitro señaló el inicio del juego.
La cancha estaba complicada, con agua en el pasto y encima de noche.
Yo estaba nervioso, trato de acomodarme en el partido, hasta que llega un tiro libre cerquísima del área grande. Federico Mangel, el 10 del equipo rival, pateó al arco, el arquero se tiró, pero no pudo llegar a frenar un disparo tan poderoso, nos hicieron un gol. Perdíamos 1 a 0, cuando el árbitro pitó con el silbato el final del primer tiempo.
El DT de nuestro equipo nos trató de animar, pero fue muy difícil. Volvimos a entrar en el campo de juego para demostrar nuestras habilidades en el segundo tiempo. A los 7 minutos del segundo tiempo, nos hicieron el segundo gol, hecho por el defensor central llamado Franzel, hasta acá 2 a 0 perdemos.
Después de sacar del medio, hubo muchas faltas, tiros desviados y offsides.
A los recién 39 minutos descontamos, con un gol de mi mejor amigo Raúl, volante derecho, 2 a 1. Poco después, el arquero contrario le cometió penal a Samuel el delantero único de nuestro equipo, por suerte con la nerviasura, lo patié yo, el número 10, y lo metí, hasta aquí 2 a 2. Para mí es un resultado glorioso.
De repente, cuando iban los 45 clavados, el árbitro agregó 1 minuto más, desde ahí sentí ruidos extraños en el cielo.
Era tiro libre, lo patiaba Raúl, muy raramente se me empezaron a agrandar las piernas, parecía un marciano, nadie se dio cuenta.
Cuando el volante derecho de nuestro equipo pateó el tiro libre, mandando un centro, cabeceó el defensor del otro equipo, me quedó a mí, quedaban 10 segundos para el final, las piernas se movieron solas, sin que yo haga un movimiento, la pelota fue cada vez haciendo más efecto, con rosca, la clavé en el ángulo derecho del arco. El árbitro terminó el partido salimos campeones, abrazándome todos mis compañeros. Cuando sorpresivamente salieron manos aplaudiendo y juegos artificiales de la Luna.
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