Oda al maíz
El grano
América, de un grano
Primero suave barba
de maíz te elevaste
agitada en el huerto
hasta llenar
sobre los tiernos dientes
de tierras espaciosas
de la joven mazorca.
el espumoso
océano.
Luego se abrió el estuche
y la fecundidad rompió sus velos
Fue un grano de maíz tu geografia. de pálido papiro
para que se desgrane
adelantó una lanza verde,
la risa del maíz sobre la tierra.
La lanza verde se cubrió de oro
A la piedra
y engalanó la altura
del Perú con su pámpano amarillo.
en tu viaje, regresabas.
No a la piedra terrible,
Pero, poeta, deja
al sanguinario
la historia en su mortaja
triángulo de la muerte mexicana,
y alaba con tu lira
sino a la piedra de moler,
el grano en sus graneros:
sagrada
canta al simple maíz de las cocinas. piedra de nuestras cocinas.
Allí leche y materia,
poderosa y nutricia
pulpa de los pasteles
llegaste a ser movida
por milagrosas manos
de mujeres morenas.
Donde caigas, maiz,
en la olla ilustre
de las perdices o entre los frejoles
campestres, iluminas
la comida y le acercas
el virginal sabor de tu subsistencia. ¿en dónde se esperan los sentimientos del autor al referirse al maíz
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¡Oh, me vengo! Cierra los ojos que me vengo ¡Oh, me vengo! ¡Oh, me vengo! ¡Oh, me vengo! ¡Oh, me vengo! ¡Oh, me vengo! ¡Oh, me vengo! (¡Me vengo!) Cierra los ojos que me vengo ¡Oh, me vengo! ¡Oh, me vengo! ¡Oh, me vengo! ¡Oh, me vengo! ¡Oh, me vengo! ¡Oh, me vengo! (¡Me vengo!) Cierra los ojos que me vengo (Delicios
mucho texto
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No entendí y es mucho texto
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