Obra de teatro de blanca nieves guion del nudo desde que la dejan libre hasta donde come la manzana porfa es para mañana
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Leñador: Blancanieves, tu madrastra me ha encomendado acabar con tu vida, pero me veo incapaz de hacerlo.
Blancanieves: ¿Mi madrastra? Oh.
Leñador: Te dejaré aquí en el bosque, pero nunca regreses. Vete ya.
Blancanieves: Qué voy a hacer aquí sola en el bosque, tengo que encontrar un refugio donde pasar la noche y ya pensaré cómo resolver esta situación. Oh, qué veo allí, es una casita muy pequeña. Llamaré a la puerta... No parece haber nadie, entraré y descansaré un rato.
(Los siete enanitos aparecen camino de la casa cantando)
Enanitos: Ay ho, ay ho, ay ho ya es hora de cerrar, ay ho, ay ho, hay ho, nos vamos a cenar, ay ho, ay ho. Ay ho, ay ho, marchemos al hogar, ay ho, ay ho, ay ho, ay ho.
Enanito bonachón: Oh, qué veo, hay una linda muchacha durmiendo en nuestra casa.
Enanito tímido: ¡Es muy guapa!
Enanito gruñón: ¿Qué hace aquí?, es nuestra casa, ¡tendrá que irse!
Enanito dormilón: se quedará con nosotros y nos hará compañía, yo también tengo tanto sueño.
Blancanieves: (bosteza) Oh, qué veo, ¿estoy soñando?, ¿esta es vuestra casa?
Enanito bonachón: sí, ¿por qué te has quedado a dormir aquí?
Blancanieves: mi madrastra quería matarme, pero me han dejado escapar.
Enanito tontín: Oh, qué historia más triste. ¡Quédate con nosotros, te cuidaremos!
Blancanieves: gracias amiguitos, estaré muy honrada de vivir con vosotros, os ayudaré en todo lo que pueda.
Narrador: pasaron los días y la madrastra era feliz, pues se creía de nuevo la mujer más bella del reino. Pero, una mañana volvió a preguntar al espejo.
Madrastra: dime, espejito, ¿quién es la más hermosa del reino?
Espejito: Blancanieves, que vive con los enanitos del bosque, es más hermosa que tú.
Madrastra: ¡Cómo puede ser! Ese leñador desobediente las pagará. Pero antes, iré yo misma a ocuparme de Blancanieves. Me disfrazaré de anciana y le llevaré una cesta de manzanas envenenadas. Ese será el fin de Blancanieves.
Anciana: hola muchacha, traigo manzanas deliciosas, ¿te gustaría llevar algunas?
Blancanieves: claro, les llevaré algunas a mis pequeños amigos.
Anciana: ¿quieres probar una primero?
Blancanieves: sí, parecen deliciosas.
(Blancanieves muerde la manzana y cae desmayada al suelo)
(Se oye cantar a los enanitos que vuelven de trabajar)
Enanitos: Ay ho, ay ho, ay ho ya es hora de cerrar, ay ho, ay ho, hay ho, nos vamos a cenar, ay ho, ay ho. Ay ho, ay ho, marchemos al hogar, ay ho, ay ho, ay ho, ay ho.
Enanito tímido: ¿qué veo? Blancanieves está caída en el suelo.
Enanito bonachón: Oh, no puede ser, está muerta.
Enanitos: ¿Muerta? Ohhhhh, noooo.
Enanito gruñón: Ahora que me empezaba a gustar Blancanieves.
Enanito dormilón: ¿qué os parece si la depositamos en un lecho de flores dentro de un ataud de cristal para que podamos contemplarla para siempre? Es tan bella que no podemos enterrarla, todos deberían admirar a Blancanieves por siempre.
Narrador: pasaron los años, los enanitos seguían visitando a Blancanieves en su lecho de cristal y flores, hasta que un buen día, llegó hasta aquel bosque un apuesto príncipe.