obra de oscar hernandes monsalver
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los nombres
De repente aparecen
Aquellos amados fantasmas amados de los nombres
Más persistentes que su voz y su carne
Maruja como una gota de miel entre la mano
Ricardo con la frescura de la lluvia joven
Tatiana y su dulce capullo
Margarita y su palabra azul
La lejanísima Carmen de una noche
Y Octavio mi hermano a quien no conocí
Pero lo siento andar en mi memoria
Lento desfile de unos nombres
Que son vidas escritas en el alma
Nombres que viven por encima
De la oscura muerte
Nombres amados
Perdidos entre sílabas sin nombre.
* * *
La voz del hombre
Y además, para que todos sepan,
yo no puedo decir nada distinto
de lo que dicen todos.
La voz del hombre siempre estará prendida
al eco de las otras.
Estas palabras son las mismas,
las mismas que dijera un condenado a muerte,
o las solas palabras que diría el hombre que da trigo
al pico de los pájaros.
Si yo dijera ahora:
El crepúsculo duerme su sueño de violetas
o si cambiara el ritmo que marca el ritmo mío,
y dijese:
El mundo es una hoguera que consume los brazos
de los hombres como leños de carne;
tal vez una mentira se me asomase al rostro.
Por eso, yo digo esto y aquello,
lo de los marineros, lo de la piel del negro,
lo que tiene de blanco el lecho de la esposa
y la sangre que tiene el mismo lecho.
No puedo decir más,
nunca he entendido las raras abstracciones de los hombres
pesar de ser hombre
y decir como todos cuotidianas palabras,
cuotidianas y blancas, porque siempre he querido
que sean blancas las voces de los hombres.
No he dicho nada nuevo,
Simplemente, he hablado una vez más.
* * *
La patria en la puerta
Golpean la puerta
como para que no se oiga,
con aquel sonido que tiene
la pobreza que va de sitio a sitio.
Van a dejar tamales?
El chico no es más que un envoltorio
de miseria y una frase
para todas las horas.
Lo miro allí, en la puerta,
ocupando esa raya de luz
que deja el ala abierta
y se oscurece la palabra patria
porque ella es la que ha tocado
en los nudillos de tanto abandonado.
Son de arroz…
los hacen en la casa.
Adentro huele la sopa
de los míos.
Unos segundos más y la patria,
esa patria andrajosa,
está sentada en el pasillo
con sus tamales a un lado
y un plato lleno de alegría y de humo.
Los hacen en la casa…
*
Explicación:
Sus libros publicados son “Los poemas del hombre”, “Mientras los leños arden” (cuentos), “El día domingo”, “Las contadas palabras”, “Habitantes del aire”, “Al final de la calle” (II Premio de Novela Esso, 1965), “Versos para una viajera”, “Poemas de la casa”, “Cristina se baja del columpio” (novela) y “Un