Castellano, pregunta formulada por pinedaenmanuel333, hace 18 horas

obra de oscar hernandes monsalver

Respuestas a la pregunta

Contestado por ruthiz20171
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Respuesta:

Los nombres

De repente aparecen

Aquellos amados fantasmas amados de los nombres

Más persistentes que su voz y su carne

Maruja como una gota de miel entre la mano

Ricardo con la frescura de la lluvia joven

Tatiana y su dulce capullo

Margarita y su palabra azul

La lejanísima Carmen de una noche

Y Octavio mi hermano a quien no conocí

Pero lo siento andar en mi memoria

Lento desfile de unos nombres

Que son vidas escritas en el alma

Nombres que viven por encima

De la oscura muerte

Nombres amados

Perdidos entre sílabas sin nombre.

* * *

La voz del hombre

Y además, para que todos sepan,

yo no puedo decir nada distinto

de lo que dicen todos.

La voz del hombre siempre estará prendida

al eco de las otras.

Estas palabras son las mismas,

las mismas que dijera un condenado a muerte,

o las solas palabras que diría el hombre que da trigo

al pico de los pájaros.

Si yo dijera ahora:

El crepúsculo duerme su sueño de violetas

o si cambiara el ritmo que marca el ritmo mío,

y dijese:

El mundo es una hoguera que consume los brazos

de los hombres como leños de carne;

tal vez una mentira se me asomase al rostro.

Por eso, yo digo esto y aquello,

lo de los marineros, lo de la piel del negro,

lo que tiene de blanco el lecho de la esposa

y la sangre que tiene el mismo lecho.

No puedo decir más,

nunca he entendido las raras abstracciones de los hombres

pesar de ser hombre

y decir como todos cuotidianas palabras,

cuotidianas y blancas, porque siempre he querido

que sean blancas las voces de los hombres.

No he dicho nada nuevo,

Simplemente, he hablado una vez más.

* * *

La patria en la puerta

Golpean la puerta

como para que no se oiga,

con aquel sonido que tiene

la pobreza que va de sitio a sitio.

Van a dejar tamales?

El chico no es más que un envoltorio

de miseria y una frase

para todas las horas.

Lo miro allí, en la puerta,

ocupando esa raya de luz

que deja el ala abierta

y se oscurece la palabra patria

porque ella es la que ha tocado

en los nudillos de tanto abandonado.

Son de arroz…

los hacen en la casa.

Adentro huele la sopa

de los míos.

Unos segundos más y la patria,

esa patria andrajosa,

está sentada en el pasillo

con sus tamales a un lado

y un plato lleno de alegría y de humo.

Los hacen en la casa…

*

Explicación:

Sus libros publicados son “Los poemas del hombre”, “Mientras los leños arden” (cuentos), “El día domingo”, “Las contadas palabras”, “Habitantes del aire”, “Al final de la calle” (II Premio de Novela Esso, 1965), “Versos para una viajera”, “Poemas de la casa”, “Cristina se baja del columpio” (novela) y “Un

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