noticias sobre el caso de coronavirus a nivel mundial
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emilsonpereamoreno
hace 6 días
Castellano
Secundaria
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Contestada
Leer el artículo de opinión titulado,CONOCIENDO AL COVID 19, luego: Identificar la tesis Encontrar al menos dos argumentos con los que el autor defiende la tesis Articulo de opinión CONOCIENDO AL COVID 19:
Conociendo el covid-19
Los epidemiólogos harán seguimiento. Nosotros, mortales del común, debemos seguir sus instrucciones. Por: Moisés Wasserman 19 de marzo 2020, 08:29 p.m. Hace unos días, esperando turno para exámenes en mi EPS universitaria, escuché la conversación de dos vecinos. Estaban seguros de que el coronavirus fue fabricado en laboratorios del “imperio” para sabotear la economía china. En las noticias oí que un pastor convenció a sus feligreses de que era un castigo del cielo por su evasión del diezmo; vi también un video del presidente mexicano invitando al público a abrazarse y no pararle bolas al escándalo periodístico. Todos, muy equivocados. El virus Sars-CoV-2 (Sars, por la sigla inglesa de síndrome respiratorio agudo severo) y la enfermedad que produce, covid-19, no son ni un complot del imperialismo, ni un castigo divino ni una chiva engañosa. Tampoco, organismos ‘primitivos’. Son, como nosotros, productos de la evolución biológica con el objetivo de reproducir sus genes. Ellos y nosotros somos el resultado final (al día de hoy) de una larga cadena para lograr ese objetivo, aunque mediante estrategias diferentes. La de ellos, con un mínimo número de componentes, aprovecha los mecanismos de nuestras células más complejas para replicarse. La nuestra, con una complejidad creciente hasta la innovación que es un cerebro capaz de entender los virus e inventar medios para defendernos de ellos (además del sistema inmunológico, desarrollado antes). Los organismos de la biósfera no están para servirnos ni para atacarnos. Siento desilusionar a algún lector, pero son absolutamente indiferentes a lo que nos pase. El material genético de este virus es un ARN de cadena positiva que imita nuestro ARN mensajero para que al ser introducido se traduzca, como si fuera propio, y produzca las proteínas que necesita para conformar su progenie. Una de ellas es una enzima que replica sus genes y otra, una que recorta y modifica sus proteínas para ensamblar las nuevas partículas virales. El virus tiene una membrana y en ella, otro par de proteínas. Una que es capaz de reconocer (como una llave su cerradura) a otra en la superficie de nuestras células (de pulmón, hígado e intestino), que por ser crucial en la regulación de procesos vitales siempre está ahí, y una segunda que facilita la fusión de su membrana con la nuestra para inyectar su ARN. No hay maldad en el virus, no es un enemigo, hace lo que debe hacer: multiplicarse. Nuestra inteligencia nos ha permitido desarrollar, entre otras cosas, una epidemiología sofisticada. Con ella podemos hacer modelos matemáticos para predecir el comportamiento de la epidemia y construir algunas estrategias de control. La ciencia ya conoce el genoma completo del virus, la estructura de su proteína ‘llave’ y el mecanismo de entrada. En un tiempo tendremos medicamentos y vacunas apropiadas. Pero hay procesos que no se pueden acortar. Los epidemiólogos tienen cierto nivel de incertidumbre, lo que es normal en ciencia. El número promedio de personas que contagia cada infectado parece estar cerca de 2,5. Eso implica que un 60 % de la población mundial se infectará. Se ha usado la experiencia de la pandemia de influenza de 2009, pero en este caso la infecciosidad puede comenzar un par de días antes de la aparición de síntomas y extenderse después de su desaparición, lo que agravaría la situación. Por otro lado, la medición de personas infectadas no ha incluido aún a asintomáticos, que solo se detectarían con una búsqueda activa de portadores del virus o de personas que ya desarrollaron anticuerpos. Si hay muchos de ellos, se podrían mejorar las predicciones. La incertidumbre de los epidemiólogos es muy positiva, garantiza que harán seguimiento y actualizarán sus recomendaciones. Nosotros, mortales del común, debemos seguir sus instrucciones. Todos, incluso los gobernantes, debemos evitar las ocurrencias.