normas de vida de la primeras comunidades cristianas
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
I. El cumplimiento de la realidad en Cristo.
Una ética cristiana debe ser elaborada a partir de Jesucristo. Él, como Hijo del Padre, realizó en el mundo toda la voluntad de Dios (todo lo que es debido) y lo hizo «por nosotros». Así nosotros recibimos de Él que es la norma concreta y plena de toda actividad moral, la libertad de cumplir la voluntad de Dios y de vivir nuestro destino de hijos libres del Padre.
2. El Sentido Cristiano de la «Regla de Oro»
En la boca de Cristo y en el contexto del Sermón de la Montaña, la «Regla de Oro» (Mt 7, 12; Lc 6, 31) no puede ser considerada como el resumen de la Ley y de los profetas sino porque funda sobre el don de Dios (que es Cristo) lo que los miembros de Cristo pueden esperar unos de otros y dar mutuamente unos a otros. Ella sobrepasa, pues, la simple fraternidad humana para englobar el flujo interpersonal de la vida divina.
3. El Pecado
Allí donde el amor de Dios ha «llegado hasta el extremo», la falta humana se presenta como pecado. La disposición que ella representa, aparece como proveniente de un espíritu abiertamente opuesto a Dios.
4. La ley
El don de la Ley en el Sinaí sobrepasa la promesa hecha a Abrahán en cuanto revela en forma explícita, aunque se a título provisional, desde lo alto, la disposición íntima de Dios y su intención de profundizar la respuesta a la Alianza: «Yo soy santo; por lo tanto, también vosotros debéis ser santos». Este «debéis» encuentra su fundamento en el ser íntimo de Dios mismo y se dirige a la disposición interior del hombre.
5. La Conciencia
El hombre, considerado fuera del espacio bíblico, despierta a la conciencia teórico-práctica de sí gracias a una llamada libre y amante de su prójimo. Respondiendo a ella, reúne en el cogito-sum dos hechos inseparables. El Ser simplemente, bajo su aspecto de verdad y de bondad, se le revela y le permite un libre acceso hacia sus profundidades. Percibe también el carácter de comunión interhumana, de la cual su libertad lleva el sello[2].