Nombrar los peligros de la hiper alimentación o hipo alomentación.
Respuestas a la pregunta
Hace unos días hablábamos de la hipoalimentación que consiste en la alimentación escasa en relación a las necesidades energéticas del bebé. En el polo opuesto no encontramos con la hiperalimentación que es el exceso de nutrición tanto en cantidad como calidad. Los signos primeros y más visibles que nos pueden dar una idea de que nuestro bebé esté padeciendo esta disfunción es el aumento de peso excesivo, el llanto y abundantes flatulencias.
La hiperalimentación resulta más frecuente cuando el niño es alimentado con biberón o cuando crecen y ya van incorporando otros alimentos en su dieta. Por regla general el problema no suele estar en ellos, si no en las madres que todavía conservan esa idea arcaica de que un bebé gordito es un bebé sano. Esta obsesión por el exceso de nutrición puede conllevar graves consecuencias.
Cuando la hiperalimentación se produce durante las dos primeras semanas de vida es frecuente que provoque deposiciones líquidas o diarreicas. También nos encontramos con incontrolables llantos en nuestro bebé que pueden ser provocados por las molestias abdominales o el exceso de flatulencia. Demasiada regurgitación, también nos puede dar muestra de que nuestro bebé está sobrealimentado.
Los problemas digestivos suelen causar bastante preocupación en las madres por eso es una de las primeras causas de consulta para el pediatra. Generalmente son problemas pasajeros que suelen desaparecer al poco tiempo y aplicando cualquier remedio casero. Pero nunca está de más que la valoración la haga el especialista, no debemos olvidar que un niño sobrealimentado sea un niño obeso que, a su vez, se convierta en un adulto obeso.
Vía | Cuidado Infantil