Nombra las medidas de gobierno llamadas progresistas
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Después del 7 de agosto del año 2002 el país se encuentra en manos de un Caudillo que representa una clase política altamente corrupta, emparentada con la mafia y el paramilitarismo, un sujeto que ha utilizado lo peor de la manipulación y las estrategias más cuestionables para mantenerse en el poder hasta el día de hoy.
Dicho personaje y grupo político han puesto un Presidente a la medida quien, cual títere, actúa bajo directrices concretas. Dicho mandatario tuvo en su momento, como único mérito, haber jurado lealtad o mejor, seguir a ciegas las órdenes de su caudillo y mentor.
Este año que va cerrando, dicho caudillo, apelando a consabidas argucias jurídicas, nuevamente intentó evadir la justicia, logrando por ahora, poner fin a la detención domiciliaria que pesaba en su contra, sin embargo, el proceso sigue abierto en su contra y derivado, ha perdido su curul como Senador.
Desde una de sus grandes haciendas, en la que se encuentra en medio de esta pandemia, como arriando animales da órdenes, cita a dirigentes políticos con quienes mueve los hilos del poder y ahora desde ese lugar proyecta acuerdos con esos clanes políticos mediados por escándalos, proyectando la nueva sucesión de poder, esas alianzas, cálculos para no perder el poder en las elecciones presidenciales del 2022.
Pero, la estantería se les cae a pedazos y es tan evidente que ya ni sus frases cargadas de odio, desinformación y manipulación logran ocultar la crisis profunda a la que él y su grupo político, han llevado el país.
La ultraderecha colombiana sólo vive de la propaganda, se dicen dueños de la seguridad y en lo corrido del año 2020 se han presentado ochenta y ocho (88) masacres (Indepaz, 2020), añadido a ello, la proliferación de grupos al margen de la ley que cada vez ganan más terreno gracias a la corrupción y con la complicidad de los organismos de seguridad, se predican buenos administradores pero, su supuesta “buena gestión” se basa en endeudar al país sin límite alguno, al punto que según la calificadora de riesgo Moody’s, la deuda para el 2021 asciendo peligrosamente al 70% del PIB del país. (Dinero, 2020).
Este gobierno, además, presenta negativos índices de productividad económica, malas relaciones con países vecinos y un servilismo, que raya con la vergüenza nacional, hacia gobernantes de otros países en los cuales se ven reflejados casos Trump en EE.UU. o Bolsonaro en Brasil.
Como ya es normal, en los gobiernos de derecha, la corrupción se naturalizada y todos los días aparece en los medios masivos un nuevo escándalo que es sepultado por otro de mayores magnitudes, ofreciendo para su solución “exhaustivas investigaciones” que al pasar de tiempo solo terminan en detrimento del erario sin mayores repercusiones políticas.
Ante toda pregunta por estos males, la respuesta mediática de los medios masivo al servicio de este tipo de gobiernos, siempre es la misma: el Presidente actual, sigue siendo un Aprendiz al que habrá que darle tiempo, además, se empeña en reiterar que toda culpa de los males del país o son del gobierno anterior o consecuencia de la Paz firmada entre el Estado y las Farc, importante acuerdo el cual, abiertamente y sin sonrojo no dejan de atacar. Ya la gestión de este “Aprendiz de Presidente” supera la mitad de su mandato y sigue gobernando con el espejo retrovisor.
La extrema derecha colombiana ya perdió cualquier nivel de vergüenza y ha acaparado todos y cada uno de los espacios de poder del país. Hoy controla el ejecutivo, compró la legislativo, en los órganos de poder logró ubicar fichas de su mismo gobierno, van por la captura del poder judicial con magistrados serviles y, con su registrador de bolsillo trata de cerrar el círculo realizando reformas al régimen electoral para favorecer a sus amigos politiqueros en las regiones, con miras a controlar al máximo, las elecciones 2022.
En términos del politólogo J. L. Talmon, nos encontramos en Colombia bajo una clara democracia totalitaria.
La Respuesta a la crisis
La crisis ética y económica que vive el país, como ya lo hemos dicho, no se le puede endilgar al Covid-19. Esta, ya era muy profunda antes de la pandemia y lo único que hizo el coronavirus fue develarla y por supuesto, profundizarla a límites inimaginables.
La respuesta a esta crisis mundial no ha sido otra que la misma fórmula neoliberal de siempre, hacer que los más pobres paguen la crisis sin tocar a ningún grupo económico poderoso.
Las ayudas a los pequeños y medianos empresarios fueron minúsculas a comparación de la entregada a grandes conglomerados económicos. (Cuestión Publica. 2020). Lo que se entregó finalmente como ayudas a los más pobres son tan irrisorias que rayan con meras limosnas.
Y ahora, la gran idea del ministro de hacienda del gobierno de turno, es la de avanzar con la paulatina y certera erradicación de los derechos laborales y pensionales alcanzados en luchas que costaron
Explicación: