nombra las características con que se responden los hongos frente una respuesta del entorno
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Estos sentidos permiten a los hongos cambiar su desarrollo (su forma), su dirección de crecimiento e incluso su metabolismo. La percepción sensorial es esencial para la adaptación a las cambiantes condiciones ambientales y ayuda a los hongos a mejorar su crecimiento y a reciclar residuos orgánicos, y les permite saber cuándo y cómo infectar un huésped vegetal o animal. La revista Current Biology acaba de publicar los resultados de la caracterización y el análisis comparativo de la secuencia del genoma de dos hongos que ayudarán a entender la evolución de la percepción sensorial en estos organismos.
Investigadores del Joint Genome Institute (JGI) del Departamento de Energía de Estados Unidos, en colaboración con científicos de 31 centros de investigación y universidades de 13 países, y coordinado por científicos de la Universidad de Sevilla, han secuenciado y analizado el genoma de los hongos Phycomyces blakesleeanus y Mucor circinelloides. En el proyecto también han colaborado investigadores del Centro de Regulación Genómica (Barcelona), del CIC bioGUNE (Bizkaia), del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (CSIC, Valencia), y de las Universidades de Murcia, Pompeu Fabra, Salamanca, y la Universidad Pública de Navarra.
Investigar y caracterizar el genoma de estos hongos permitirá a los investigadores profundizar un poco más en sus potenciales aplicaciones prácticas. Por ejemplo, la comprensión de los mecanismos por los cuales estas señales ambientales son detectadas podrían proporcionar ideas sobre cómo algunos hongos pueden cambiar sus patrones de crecimiento para actuar como agentes patógenos en lugar de organismos benignos.
“Se sabe muy poco acerca de estos grupos de hongos menos comunes, como los que pertenecen a la familia mucoromycotina y conocer su genómica puede ser la forma más eficiente para entender su metabolismo”, señala Igor Grigoriev investigador principal del JGI en este proyecto.
“Muchos miembros de esta familia de hongos muestran muy alta sensibilidad a las señales ambientales, entender cómo reaccionan a estos estímulos nos permitiría tener un control de algunos de estos procesos metabólicos. El alto contenido de lípidos en Mucor circinelloides, por ejemplo, puede tener aplicaciones para la producción de biocombustibles como el biodiesel” señala Igor Grigoriev.
Mediante análisis evolutivos de los genomas secuenciados, el equipo de Toni Gabaldón en el Centro de Regulación Genómica ha reconstruido la evolución de cada uno de los genes. Ello ha permitido a los expertos descubrir que ambas especies han duplicado su genoma durante su evolución, un hecho poco habitual en los hongos pero que se ha observado con frecuencia en la evolución de las plantas y los animales. La duplicación del genoma de estos hongos ha dado lugar a la expansión y especialización de las familias de genes relacionadas con la visión, la transducción de señales ambientales, y la síntesis de la pared celular, entre otros. Esta duplicación del genoma ha proporcionado nuevas proteínas que han permitido a estos hongos mejorar la percepción de señales del entorno para regular su crecimiento y su desarrollo.
Los biólogos desde hace más de un siglo estás fascinados por las respuestas sensoriales de los cuerpos fructíferos de Phycomyces blakesleeanus. El cuerpo fructífero de Phycomyces es un filamento que tiene en su punta una bolita llena de esporas y que responde a la luz, la gravedad, el tacto, e incluso a la presencia de objetos cercanos cambiando su dirección y velocidad de crecimiento. Phycomyces es muy sensible a la luz y, como nosotros, es capaz de ver la luz de las estrellas y de adaptarse a cambios en la intensidad de la luz como los que se dan durante un día.
espero que te sirva